Los Berrazales - Valle de Agaete - Gran Canaria
Agricultura, Clima, Economía, Edafología, Geografía, Geomorfología, Hidrología, Mapa Geológico, Relieve, Vegetación

AGAETE SU MEDIO AMBIENTE

Antonio J. Cruz y Saavedra

VARIEDAD CROMÁTICA Y MORFOLÓGICA

La comarca de la Villa de Agaete, constituye una entidad de población de gran variedad cromática y morfológica propia de un paisaje personal e individualizado. Su extensión es de 45’8 Km2 arrancando su diversidad colorística y física desde los linderos de sus costas hasta las zonas de cumbre que la coronan. Su orografía quebrada se manifiesta en amplios valles, donde el paisaje cambia bruscamente. Las llanuras han quedado atrás, elevándose por toda la costa un contrafuerte acantilado de rocas variadas, todas ellas de edad terciaria y que figuran en los componentes antiguos de la Isla. Estos materiales, resistentes a la erosión y que han permanecido estables formando parte del bloque levantado de la gran falla, han determinado su morfología accidentada.

 

Distribución morfológica de la superficie de Agaete. Realizada por Antonio J. Cruz y Saavedra. "Arquitectura y Artes Plásticas en la Villa de Agaete", pág. 25.
Distribución morfológica de la superficie de Agaete. Realizada por Antonio J. Cruz y Saavedra. “Arquitectura y Artes Plásticas en la Villa de Agaete”, pág. 25.

 

FORMACIÓN GEOLÓGICA. ERUPCIONES VOLCÁNICAS DE MÁS DE 14 MILLONES DE AÑOS

Este sector de la Isla –la comarca del noroeste– está constituido en su mayor parte por rocas que corresponden a antiguas erupciones volcánicas emergidas, ofreciendo una antigüedad de hasta casi 14 millones de años. Se interpreta que la primera fase magmática acabó configurando la antigua Gran Canaria, que consistía en un voluminoso edificio en forma de escudo volcánico que, sin duda, tuvo prolongación más hacia el oeste de la actual línea de costa, sobre lo que ahora está ocupado por el mar[1]. Forman en general una topografía que repele el poblamiento. Sólo en el curso medio y bajo de algunos barrancos, en la zona de basaltos antiguos, allí donde se ha formado una zona susceptible de cultivarse, aparecieron los primeros núcleos de población a partir del siglo XVIII. Del Barranco de Agaete hacia la ciudad de Gáldar todo cambia. Los materiales afloran sólo en puntos aislados, pero las coladas, pitones e ignimbritas de la serie fonolita configuran una segunda y antigua línea de costa. La serie basáltica II, con puntos de emisión en medianías y cumbres lanzó piroclastos y coladas lávicas que en dirección norte llegaron al mar. Las manifestaciones de la serie IV, última fase del vulcanismo canario, están representadas en el barranco citado, con puntos de emisión en Juncalillo de Gáldar y en los Berrazales. Las lavas descendieron valle abajo hasta la misma costa[2].

 

LA ACCIÓN DE LA PLUVIOMETRÍA Y LOS USOS DEL TERRITORIO

En esta zona nos encontramos con un índice pluviométrico elevado, que nos indica una vegetación más exigente, sobre todo aquellas situadas en las vertientes de barlovento. La influencia del alisio de dirección N-E, es el responsable de su configuración ambiental, de capital importancia para el asentamiento poblacional. Esta incidencia en torno a los 500 y 700 metros de altura, produce un escalonamiento de las precipitaciones. Por debajo de los 300 y 400 metros, la aridez y las precipitaciones no rebasan los 250 mm. anuales. Por encima, la humedad aumenta de manera considerable y determina la posibilidad de los cultivos de secano, de medianías y cumbres; éstas ocupan una zona reducida por lo escarpado del terreno y la considerable extensión de la masa forestal. En el caso específico de la Villa, los vientos alisios son registrados de forma marginal, motivados por sus características y exposición del relieve. Destacan diferentes regímenes pluviométricos que oscilan desde los 200 mm. en la costa, pasando de los 300 a los 500 mm. en el interior, elevándose en el macizo de Tamadaba, donde su índice es superior a los 700 mm.

Los suelos han sufrido modificaciones por las lluvias torrenciales, se localizan en las partes bajas de las laderas, formando masas de considerable espesor. La gran escorrentía y el alto grado de deforestación han originado suelos poco profundos y pedregosos, colonizados a medida que son utilizados por un trasvase progresivo de tierras desde otras procedencias. La alta evaporación dificulta la agricultura en verano, así como la carestía del acondicionamiento del terreno, unido a la escasez del agua, determinaron la ocupación del espacio geográfico. Teniendo en cuenta esos factores, la ocupación humana se dirige entonces hacia aquellas zonas que presentan unas mejores condiciones. Por ello los pueblos se sitúan aprovechando las terrazas y algunos cerros de poca pendiente. Esta demanda de tierra motivó la ocupación de los fondos de las cuencas, donde aumenta el espesor de los suelos por acumulación y es factible la utilización para el riego del agua de los manantiales de las laderas y de la que fluye por los barrancos. No obstante, debido a este escalonamiento pluviométrico y biológico, ha motivado desde el siglo de la conquista, la implantación de una gama variada de cultivos que van desde la propia caña de azúcar, la viña y hortalizas, a las tierras de sembraduras.

 

LA VEGETACIÓN DE AGAETE

Esta graduación pluviométrica nos da una situación local de microclimas y el consiguiente escalonamiento de los pisos vegetativos. Primeramente, encontramos un piso que asciende desde el nivel del mar hasta los 500 metros, cuya vegetación característica está compuesta de plantas xerófitas como el cardón –Euphorbia Canariensis–, las tabaibas –Euphorbias– y el Balo –Plomaca Pendula–. Es decir, nos encontramos la formación Kleinio-Euphorbiaceas Macaronésica, con algunos ejemplares legendarios. El siguiente piso vegetativo lo compone el Fayal-Brezal envolviendo los bosques de laurisilva. Este va desde los 500 a los 800 metros, desapareciendo en la Villa de Agaete, aunque se conservan algunos ejemplares en el anfiteatro de Guayedra, concretamente en el Barranco de La Palma y algún reducto en el Barranquillo de El Cauco, en el caserío de El Sao. Entre los 800 y 1000 metros se asienta una vegetación de transición que se corresponde con el escobonal y los codesos, de cuyos exponentes dan fe los llamados andenes de Guayedra, paraje dificultoso y accesible casi exclusivamente por las cabras bravías[3].

 

 

Piso Basal - Gran Canaria
Piso Basal – Gran Canaria

 

Bosque Termófilo - Gran Canaria - http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/recursosdigitales/files/formidable/Pisos-Gran-Canaria.pdf
Bosque Termófilo – Gran Canaria – http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/recursosdigitales/files/formidable/Pisos-Gran-Canaria.pdf

 

Lauirislva  - Gran Canaria -http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/recursosdigitales/files/formidable/Pisos-Gran-Canaria.pdf
Lauirislva – Gran Canaria – http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/recursosdigitales/files/formidable/Pisos-Gran-Canaria.pdf

 

 

Pinar - http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/recursosdigitales/files/formidable/Pisos-Gran-Canaria.pdf
Pinar – http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/recursosdigitales/files/formidable/Pisos-Gran-Canaria.pdf

 

 

Enlace de imágenes: http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/recursosdigitales/files/formidable/Pisos-Gran-Canaria.pdf

 

Sobre los 1.100 metros predominan las formaciones de “pinus canariensis”, destacando por su extensión y belleza el pinar de Tamadaba, reducto de curiosos endemismos. Dentro de los límites físicos del Gayerte, no encontramos zonas alpinas o concretamente subalpinas por sus características específicas, aunque se dan ejemplares por colonización.

Esta exuberante vegetación ha sufrido un rápido proceso de deforestación, haciéndose extensiva a toda la comarca, teniendo como testimonio referencias que nos relatan, como el monte bajo rozaba las costas de Guayedra de Abajo y algunos esporádicos ejemplares de pinos se acercaban a las márgenes del poblamiento actual. Todo en base a la tala desmesurada desde la conquista, motivada por la gran demanda de leña para los ingenios azucareros, así como las “razzias” abusivas durante y después de la “guerra civil”, habida cuenta de la escasez de otras fuentes de energía, unidas al descenso vertiginoso de la capa freática como consecuencia inmediata de la desertización de la misma y la explotación irracional de los recursos acuíferos. Su apreciada madera era codiciada desde los tiempos de la colonización, abasteciendo las necesidades de las construcciones religiosas[4]. Durante el siglo XIX, al engrosar las propiedades de la familia de Armas, su extracción se hace progresiva y abastece de madera de tea a todas sus edificaciones, que son las más interesantes por su construcción y por el material utilizado. De la misma forma, los despojos realizados por los carboneros son perseguidos y las denuncias se suceden, según obran en una extensa documentación al respecto en el Ayuntamiento de la Villa[5].

 

LA DISTRIBUCIÓN DE LAS COLADAS BASÁLTICAS

Los asentamientos aborígenes

En definitiva, la importancia de los elementos geológicos, climatológicos y botánicos, radican en la propia utilización del espacio agrícola, aprovechándolo al máximo, como ocurre en las medianías de El Sao y El Hornillo. Así como la utilización de cualquier instrumento físico susceptible de modificar, edificar o potenciar su ingenio creativo, unido a un respeto a la propia naturaleza y a su plena integración. Desde el punto de vista estrictamente geológico, es interesante la distribución de las diferentes coladas basálticas, porque nos ayuda a comprender la situación y emplazamiento de la necrópolis (Malpaís y los Cascajos de Abajo de la serie IV), las cistas y cuevas naturales de enterramientos (Roque de Antígafo, de la serie II). Por su naturaleza, natural o susceptible de excavar, encontramos dicha contribución ligada a esta motivación geológica. Correspondiendo al mismo tiempo, su emplazamiento, a bastiones destacados y con un claro síntoma estratégico y económico, evidenciado en los yacimientos de Las Moriscas, Bizbique, e incluso en el complejo arqueológico de Guayedra de Arriba. Si esto es lo que acontece con la extinguida población aborigen de la comarca, también hay que tener presente que los que reemplazaron su gestión tuvieron en cuenta los mismos factores físicos para su asentamiento, dejando todo el espacio posible al futuro, o sea, a la agricultura. El aprovechamiento del material cercano se presagia en la misma diversidad, así observamos que las casas que se sitúan en el Malpaís, o cercanas a él, aprovecharon sus cascajos mientras que los caseríos de San Pedro, El Risco y Guayedra, utilizaron un material más resistente, pero de acorde con lo que tenían a mano, lo más cercano. En cambio, la mayor parte de las viviendas del casco urbano, emplearon el canto blanco procedente de la cantera emplazada en Cueva Blanca, preludio de una arquitectura más refinada, aunque la nota común es el empleo diverso de los materiales tradicionales de construcción.

Cuevas y Silos de grano de Bizbique, Valle de Agaete, AgaeteTelevision.com
Cuevas y Silos de grano de Bizbique, Valle de Agaete, AgaeteTelevision.com

 

Los pisos vegetativos, y por consiguiente los cauces de aguas, son lugares primordiales de asentamiento, así se observa en el yacimiento de Los Canarios, Majada de Altabaca y caseríos actuales. Al mismo tiempo, la identificación flora-lugar, define y da nombre a emplazamientos específicos[6]. De indudable importancia es la disposición de los pisos vegetativos. Nos indican el tipo de flora característica y como consecuencia, la utilización de su madera en la arquitectura. Destacan las plantaciones de cañas a lo largo de los cursos de aguas y barrancos, de cuya utilización la encontramos en las techumbres de las casas marginales y rurales, y en los entramados de las viviendas más notables[7]. La “Phoenix canariensis”, en ocasiones forma parte de la misma construcción –presbiterio de la ermita de Las Nieves –, y en otras sus varas sirven de guía a las cañas en la estructura de la techumbre. El maderamen de las higueras “Ficus carica”[8], robles y araucarias, como piezas para dientes de los engranajes de los molinos hidráulicos, arados y pies derechos, corredores, puertas, zapatas, techumbres y otros elementos nobles del edificio, y la pinocha como mezcla inseparable de la torta para cubrir los techos[9]. Cuestiones no arbitrarias, porque cada uno de los antiguos emplazamientos aborígenes constituyen hoy día, un poblamiento no casual del hábitat moderno, atendiéndose a las condiciones geológicas, climáticas y botánicas. Se observa en la actualidad, un despoblamiento ocasionado por la atracción social de los centros urbanos. Es el caso del complejo troglodita de Bizbique, emplazamiento reaprovechado por el agricultor en base a los factores descritos. Circunstancias que subsistieron hasta hace unas décadas en el anfiteatro de Guayedra y que perviven actualmente en los caseríos de medianías.

Los elementos enumerados explican el poblamiento, la distinción social y los aspectos económicos, junto a la alimentación y determinantes políticos que motivaron el emplazamiento cantonal del Gayerte. Premisas indispensables que tienen como base argumental, el ulterior estudio de las diferencias arquitectónicas motivadas por la diversificación de los microclimas y que se manifiestan en la pluralidad de las formas de sus viviendas según el emplazamiento físico.

  1. GUITIÁN, MARTÍN, NADAL, NAVARRO, 1982, I, n.o 143, p. 19.
  2. MARTÍN RUIZ, 1978, pp. 7-11.
  3. VIERA, 1982, p. 382.
  4. LOBO, 1981, p. 127.
  5. AMVA. Oficio sobre las multas impuestas a los vecinos por daños forestales; SUÁREZ, 1987, p. 155.
  6. KUNKEL, 1981, I, pp. 56, 61 y 94; VIERA, 1982, p. 36.
  7. APVA. Libro de cuentas de fábrica.
  8. VIERA, 1982, p. 216.
  9. STONE, 1887, II, p. 52.

Enlaces de interés

 

 

LA TRAMA URBANA DE AGAETE

SITUACIÓN Y DELIMITACIÓN DE AGAETE

CARACTERÍSTICAS DEL  SUELO DE AGAETE

RELIEVE, GEOMORFOLOGÍA Y EDAFOLOGÍA DE AGAETE

MINERALES EN EL SUELO DE AGAETE

EL CLIMA DE AGAETE ¿QUÉ LO DETERMINA?

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PISOS DE VEGETACIÓN DE GRAN CANARIA

MAPA GEOLÓGICO DE AGAETE

EL TSUNAMI DE AGAETE

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Vegetación de Agaete
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Conocer la Vegetación de Agaete

Conocer la Vegetación de Agaete:

Sus Bosques


​​Conocer la vegetación de Agaete es una aventura apasionante.

“Había en esta isla de Canaria muchas y espesas arboledas, de diversos géneros de árboles enramados de grandes y estretegidas yedras olorosas, que hacen siempre verdes árboles y suelo, y estas arboledas y frescuras en muchas partes de la isla”

  Abreu, citado por Santana (2001: 111)

Esta descripción realizada por Abreu, a principios del siglo XVII, nos da una idea de la vegetación de la época.

 Los bosques de palmeras, almácigos y laurisilva, que existían en Agaete, desaparecieron a principios del siglo XVI, siendo sustituidos por matorrales y especies introducidas, colonizando laderas y barrancos. Actualmente tenemos que contentar con ejemplos aislados, localizados en algunas laderas y barrancos inaccesibles, y con la toponimia como único testigo de su existencia.

Estos bosques actualizados hasta la conquista, una excepción de los claros abiertos en su interior, por los aborígenes, para instalar huertos y cultivos de secano, además de las modificaciones propias de su uso como dehesa (Santana, 2001).

Palmeras, almacigos, cardones.  La Culata, Valle de Agaete.  Foto: Javier _Tadeo _Alemán.

Palmeras, almacigos, cardones. La Culata, Valle de Agaete. Foto: Javier Tadeo Alemán.

Dibujo en color que recrea las distintas actividades que desarrollaban los operarios en los ingenios azucareros: cultivar las cañas de azúcar y recolectarlas, transportarlas hasta la zona de prensado, girar la pesada prensa para extraer la melaza, transportarla hasta las tinas de metal para calentarla, extraer y transportar los paneles de azúcar ...

Recreación de las distintas funciones que desarrollaban los operarios en los ingenios azucareros (habitualmente esclavos): cultivar y recolectar las cañas de azúcar, transportarlas hasta la zona de prensado, girar la pesada prensa para extraer la melaza, transportar la melaza hasta las tinas de metal para calentarla, extraer y transportar los paneles de azúcar ...

La influencia de los ingenios azucareros

Después de la conquista, a finales del siglo XV, comienza la desaparición de la mayor parte de la vegetación de Agaete por la roturación de terrenos y por la demanda de madera para la construcción de ingenios, canales y acequias para riego, además de la elaboración de materiales para el transporte del azúcar (ruedas, ejes, cajas). Sin olvidar, que su uso principal era el combustible para alimentar las calderas de los ingenieros. Prueba de la abundancia era el impuesto que se aplicaba, en 1501, a la madera que se sacaba fuera de la isla. Más tarde, en 1518, se advierte de la tala desmesurada y la conveniencia de realizar una repoblación a base de pinos, álamos, encinas y robles.Y alarmados por dicha tala, en 1526, se le refiere al soberano, que la industria azucarera consume mucha leña,  de tal manera que la mayor parte de los bosques están acabados y esto hace presagiar el fin de dicha industria.

Para conocer la vegetación de Agaete debemos remontarnos a1533, en los que se anuncia la desaparición de los bosques, es decir, en los primeros treinta años del siglo XVI, la industria azucarera había consumido la totalidad de los bosques (Morales, 1974). 

Preocupados por dicha desaparición, las Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria de 1531, dedican un capítulo titulado de las montañas y guardas dellas ”.

Así, para preservar la riqueza arbórea, comienza por ordenar que, sin permiso de la Justicia y Regimiento, no se puede cortar ni leña ni madera. Se protegen los pinos del pinar de la ciudad de Teror, de Gáldar y Tamadaba. Se prohíbe el arranque de dragos y palmas, palmitos, almácigos y saoz (salsa canaria, el sao) de barrancos y acequias realengas (Morales, 1974).

Cascadas de agua de invierno en un barranco del municipio de Agaete

Cascadas de agua de invierno en un barranco del municipio de Agaete. Foto: Juan Antonio Jiménez Dámaso

Mapas con el proceso de deforestación desde el siglo XV al XIX

Recreación del proceso de desforestación en Agaete entre los siglos XV y XIX (fuente: SANTANA, A., 2001 Evolución del paisaje de Gran Canaria (siglos XV-XIX). (Composición de Héctor Jiménez Suárez).

Recreación del proceso de desforestación en Agaete entre los siglos XV y XIX (fuente: SANTANA, A., 2001 Evolución del paisaje de Gran Canaria (siglos XV-XIX). (Composición de Héctor Jiménez Suárez).

                         

 "... Y que nynguno osado de cortar palmas ni dragos sin licencia de la justicia y regimiento en cualquier parte de esta ysla tan pena de seyscientos maravedís por cada palma o por cada drago demás de la pena de perder la tablazón o cualquier obra que hizieren del grado y que la tablazón y obra del drago sea para los propios ”

                                                                                                            Morales, 1974: 135                           

“… Y ninguna persona persona sea mar osado de saoz en los barrancos del agua que ay en toda esta ysla en las acequias realengas de los heredamientos que fueren de más de un dueño ny rama de saoz en cantidad syn licencia de la justicia so pena por cada pie de saoz de sesenta maravedís e si fuere cantidad de rama de saoz seiscientos maravedís pero que si los cuentos sauzeses se trasladan dentro de la heredad de alguna persona o en la acequia de uno solo que los pueden cortar sí mismos.

… Y que ninguna persona sea osado de cortar árbol de almacigo en esta isla tan pena de seiscientos maravedís por cada pie y la leña o su valor perdido ”

                                                                                                           Morales, 1974: 137                           


Con el fin de preservar la vegatción se multa con dos mil maravedís a los que cortan palmeras para hacer tablazones con destino a las cajas de azúcar y tabernas. Si es un esclavo, la multa asciende a cien azotes.

“Otros y por quanto que en esta isla son mucha falta de madera para los hedeficios que en ella se hacen y los palmares están muy talados a causa de la mucha tablazón que se gasta en hazercaxas de azúcar se hordena y manda que de aquí adelante la justicia e regimiento // 70 v. no den licencia a ninguna persona ni la pueden dar para cortar ni aserrar palmas para hazercaxas de azúcar ny para hazer tabernas so pena que la persona que cortare o aserrere palma o hiziere taberna por cada palma que cortare o taberna que hiziere incurra en pena de dos myll maravedís e si fuere esclavo le den cient azotes ”.

A los ingenieros de Gáldar se les prohíbe cortar pinos en la Montaña de Gáldar y en Doramas, durante quince años. Como compensación se le asigna a cada ingenio cincuenta o sesenta pinos del Pinar de Tamadaba. Los pinos que tienen una altura determinada (dos palmos de frente) y se marcan los que se cortan.

Como vamos constatando, para conocer la vegetación de Agaete nos tenemos que retrotaer a estos contextos.






“… A los engenios de Gáldar de aquí adelante por el dicho tiempo de los dichos quinze años se les da licencia para cortar leña en la montaña de Tamadaba dando a cada yngenio cincuenta o sesenta pinos hasta ochenta que sea cada uno de dos palmos de frente y señalados porque sean gruesos e grandes ... "

                                                                                                           Morales, 1974: 138                           

Y la normativa, aunque demasiado tarde, prohíbe arrancar un árbol de quajo ”o de raíz, con multas de 200 maravedíes.

"... y que ninguna persona arranque árbol de quajo ni de rraizsy no fuere granadillo tan pena que el que lo contrario fizierecayga en pena de por cada árbol que de cuajo o de rraiz arranque dozientos maravedís por cada pie de árbol".

Pino canario, grabado de1839, leñador talando bajo la luz de la luna.

Pino canario, grabado de1839, leñador talando bajo la luz de la luna.

Distribución de las especies

Con el fin de conocer la vegetación de Agaete, a continuación, siguiendo la distribución bioclimática que se utiliza para describir la vegetación en Canarias, reconstruimos la distribución y la vegetación de Agaete.

Estratos de vegetación de Agaete - Realización Héctor Jiménez Suárez.

                  Estratos de vegetación de Agaete - Realización Héctor Jiménez Suárez.

1) El piso basal

Conocer la vegetación de Agaete

Las especies más características son: el cardón, la tabaiba dulce, la tabaiba amarga, la tabaiba salvaje, el verode, el incienso salvaje, el balo, la botonera y los tarahales. Seguro que alguna vez ha visto algunas de estas especies, presentes a lo largo y ancho del municipio de Agaete. Pero de lo que no estamos tan seguros, es de la leña Noel y la leña santa o leña buena. La primera, es difícil de apreciar porque fue muy explotada en el pasado para la elaboración de perfume; y la segunda, la leña buena, porque fue muy utilizada en el siglo XVI como leña (Santana, 2001). Estas especies tienen nombres como lugares: La Leña Buena, La Cardonera, El Cardón Grande, Lomo los Balos.

Piso Basal - Gran Canaria

Piso Basal - Gran Canaria

Piso basal en Agaete.  Elaborado por Héctor Jiménez Suárez.

        Piso basal en Agaete. Elaborado por Héctor Jiménez Suárez.

Bosque termófilo en Agaete.  Representación de Héctor Jiménez Suárez.

        Bosque termófilo en Agaete. Representación de Héctor Jiménez Suárez.

2) El bosque termófilo

Conocer la vegetación de Agaete

Se consideró en el pasado desde los 50 metros hasta los 500 metros, bajo el monte verde en el norte, y el pinar en el sur.

Las especies más representativas son: la palmera, el almácigo, la sabina, el lentisco, el acebuche, el hediondo, el peralillo, el mocán, el barbusano, el marmolán y el drago.

En las laderas de La Culata, de Las Longueras y en muchos barrancos, podemos contemplar la asociación de almácigos y palmeras, testigos de lo que en su día caracterizaron al Valle de Agaete.

La toponimia de Agaete recoge: La Palmita, El Palmeral, Barranco de La Palma, El Hediondo, El Peralillo, Tajinastal.

Borque termófilo - Gran Canaria

Borque termófilo - Gran Canaria

Bosque termofilo en La Culata.  Foto: José Manuel Sosa Medina.

                                                Bosque termofilo en La Culata. Foto: José Manuel Sosa Medina.

3) La Laurisilva

Conocer la vegetación de Agaete

En crónicas, describa a la laurisilva como el mejor bosque del archipiélago. Se trata de una formación boscosa siempre verde, de carácter umbrófilo y termófilo, de ahí el nombre de Barranco Oscuro en Guayedra.

La Laurisilva jugó un papel fundamental en el caudal de los nacientes de Agaete. Estas especies arbóreas se caracterizan porque sus hojas facilitan la lluvia lluvia horizontal.

Entre las especies más representativas tenemos: el til, el viñátigo, el laurel, el barbusano, el acebiño, el paloblanco, el mocán, el aderno, el marmulán, el follao. También se asocia a la laurisilva el sao. Muchas de estas especies de productos comestibles para el hombre, como el mocán y el madroño.

Según Santana (2001), antiguamente, en Gran Canaria ocupaba el sector norte de la isla, desde los 400 metros hasta los 1.200 metros, entre los altos de Tenteniguada y los altos de Gáldar y Agaete. En el Barranco Oscuro existen ejemplares de laureles, viñatigos, adernos, madroños y acebiños. Antiguamente este bosque se extiende desde las laderas de Los Berrazales y El Sao hasta los 1.200 metros de altitud.

Si buscamos en la toponimia de Agaete encontramos el Viñátigo (en El Hornillo) y El Sao.

Representación de la franja de transición (400-500 m) entre el Bosque Termófilo y la Laurisilva (Héctor Jiménez Suárez).

Representación de la franja de transición (400-500 m) entre el Bosque Termófilo y la Laurisilva (Héctor Jiménez Suárez).

Representación de la Laurisilva en Agaete (Héctor Jiménez Suárez).

Representación de la Laurisilva en Agaete (Héctor Jiménez Suárez).

Lauirislva

Lauirislva

4) El pinar

Conocer la vegetación de Agaete

Por encima de la laurisilva, al norte, y del bosque termófilo, al sur, dominó el pino canario. El Pinar de Tamadaba es uno de los mejores conservados del archipiélago.

Los pinares fueron explotados por los aborígenes como zona de pastoreo. Después de la conquista, se explotó para la extracción de madera, leña, carbón, corcho y pinocha. Tal fue su explotación que sufrió una deforestación intensa.

No podemos olvidar las comunidades higrófilas, representados por especies como el junco, la berraza, el berro. La toponimia nos recuerda que existió en Barranco del Juncal y Los Berrazales.

Por último, hay que tener las especies rotas (la orchilla), abundante en los acantilados de Guayedra, que por sus características tintóreas fue la primera actividad económica entre la población aborigen y europea hasta el siglo XIX.

Representación del Pinar en Agaete (Héctor Jiménez Suárez).

Representación del Pinar en Agaete (Héctor Jiménez Suárez).

Pinar de Tamdaba, el Teide al fondo.  Foto: Javier Tadeo Alemán.

                                                                     Pinar de Tamdaba, el Teide al fondo. Foto: Javier Tadeo Alemán.

Localización / extensión actual del Pinar de Tamadaba (Héctor Jiménez Suárez).

                                      Localización / extensión actual del Pinar de Tamadaba (Héctor Jiménez Suárez).

Pinar

Pinar

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Vista del Valle de Agaete.
Clima, Geografía, Relieve

El Clima de Agaete ¿qué lo determina?

EL CLIMA

JOSÉ MANUEL SOSA MEDINA

Ingeniero Agroambiental

Evolución de los cultivos en el municipio de Agaete (siglos XV-XXI) - (Extracto)


El Clima de Agaete ¿qué lo determina?

La primera estación meteorológica de Canarias se instala en La Laguna en 1886. Por tanto, intentaremos reconstruir el clima apoyándonos en las crónicas.

Los Alisios

Hoy sabemos que los alisios, el relieve, la corriente fría de Canarias, la influencia del continente africano (calima) y el efecto de las perturbaciones del tiempo (borrascas), son los factores que gobiernan el clima de Canarias.

Los alisios, vientos de componente Noreste (en el Hemisferio Norte), aportan un importante grado de humedad. En verano es casi permanente, el 90% de los días, mientras que en invierno suelen alternar con algunas borrascas.

La corriente fría de Canarias, el transporte de aguas más frías controladas del Norte, es la responsable de las temperaturas suaves en los meses de verano.

La influencia del relieve, combinado con el alisio, hijo de los responsables de la formación del fenómeno conocido "mar de nubes", ya que al chocar estos vientos con las montañas aportan una gran humedad. Así, existe una vertiente Norte más húmeda y verde, en contraste con la vertiente sur, más seca.

La influencia del continente africano, en el clima canario, es lo que produce lo que conocemos como "tiempo sur". Estas invasiones de aire sahariano (calima), viene acompañado de altas temperaturas y bajos valores de humedad, acarreando polvo en suspensión, provocando efectos muy perjudiciales tanto para las personas como para los cultivos. También sabemos, que la mayor parte de las lluvias están ligadas a las irrupciones de aire polar o tropical marítimo, provocando lluvias intensas en pocas horas.


Imagen satelital del espectro radiómetro de la misión Terra que muestra el Efecto Föhn y los Vórtices de Kármán producidos sobre Madeira y Canarias (fuente: Nasa Earth Observatory, mayo de 2015. (Composición de Héctor Jiménez Suárez).

Imagen satelital del espectro radiómetro de la misión Terra que muestra el Efecto Föhn y los Vórtices de Kármán producidos sobre Madeira y Canarias (fuente: Nasa Earth Observatory, mayo de 2015. (Composición de Héctor Jiménez Suárez).

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Martín (1989) ha clasificado el clima de la zona noroeste como árido, en relación directa con el régimen pluviométrico, dado que por debajo de los 100 metros las precipitaciones son inferiores a los 162 mm / año, según los datos recogidos en la estación ubicada en los Llanos de Gáldar.

Después de esta breve introducción, debemos preguntarnos si el mar de nubes, la calima, las sequías, las borrascas, son fenómenos recientes o se han dado desde épocas prehistóricas.

Mar de nubes

Mar de nubes sobre el noroeste de Gran Canaria.  Foto Juan Antonio Jiménez Dámaso

Mar de nubes sobre el noroeste de Gran Canaria. Foto Juan Antonio Jiménez Dámaso

Vientos Alisios, recreación de su influencia en el clima.

Vientos Alisios, recreación de su influencia en el clima. Fuente: www.gevic.net


La respuesta la podemos ver, en detalle, en el trabajo publicado por Dorta (1998), titulado:  "Algunas notas sobre la evolución histórica y metodológica de los estudios del clima de Canarias: estado actual de la cuestión", del que extraemos interesantes relatos históricos sobre los fenómenos que rigen el clima de Canarias.

La primera cita , hace referencia a la descripción de la segunda capa de los vientos alisios por encima de la inversión térmica , que realiza en una subida al Teide, el ingeniero italiano Leonardo Torriani en 1590:

“Encima hay vientos fuertes y muy secos, sin ninguna humedad durante el mes de junio; de lo cual inferí que está en la parte más alta de la primera región del aire, donde las exhalaciones secas acuden dando vueltas ”.

En cuanto al mar de nubes, nos remite a dos descripciones, la primera realizada por el navegante escocés George Glas en 1764, y la segunda, por Humboldt en 1799:



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“Lo que más detectó la atención de mi compañero fue la extraordinaria y la poca corriente de las nubes por debajo de nosotros: parecían como un océano, solo que su superficie no era tan azul ni suave, sino que tenía algodón muy blanco; y en donde este océano de nubes, como puede llamarlo, tocaba la orilla, llamar espumajear como olas rompiendo en la playa ".  George Glas, 1764.

"Las nubes aparecieron repartidas de manera tan uniforme y estaban dispuestas en un plano tan exactamente, que produjeron el efecto de una inmensa cubierta de nieve". Humboldt, 1799. 

El Siroco o aire sahariano

De las irrupciones de aire sahariano, este autor selecciona dos. La realizada por Viera y Clavijo en 1776 y Darwin en 1832.

"Él dijo que lo menos malo que introdujo los vientos australes en Canarias es el calor, porque también suelen acarrear la secuencia, el huracán y la langosta ...".  Viera y Clavijo, 1776.


Siroco sobre Agaete.  Imagen tomada el 13 de enero de 2015, a las 8:47 h de la mañana.  No se pueden contemplar las montañas del Valle, las laderas de Tamadaba, ni las montañas de Caideros de Gáldar.  Apenas se visualizan las viviendas del casco de la villa.  Foto: Javier Tadeo Alemán.

Siroco sobre Agaete. Imagen tomada el 13 de enero de 2015, a las 8:47 h de la mañana. No se pueden contemplar las montañas del Valle, las laderas de Tamadaba, ni las montañas de Caideros de Gáldar. Apenas se visualizan las viviendas del casco de la villa. Foto: Javier Tadeo Alemán.

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“  Este polvo cae con tal cantidad, que todo lo que ensucia a bordo y ofende a los ojos; algunas veces hasta oscurecer la atmósfera, tanto, que se han perdido los gases y estrellado contra la costa. Con frecuencia cae sobre barcos que navegan a varios centenares de millas de la costa de África, hasta más de 1000 millas y puntos distantes de 1600 millas en dirección Norte y Sur ... ".   Darwin, 1832.

    Dorta (1998), realiza una revisión bibliográfica sobre la invasión del aire sahariano, encuentra gran cantidad de referencias con respecto a la plaga de langostas, siempre asociado a la calima. Nos dice este autor que se han registrado entre 3 y 6 cada siglo. Las más antiguas de las que tienen noticias son las 1581, 1585, 1588, 1726, 1769. 


Barranco de la Culata en el Valle de Agaete, destaca el blanco de las cascadas de agua sobre el color de los riscos y la fuerza del verde de las palmeras y almacigos.  Foto Juan Antonio Jiménez Dámaso.

Barranco de la Culata en el Valle de Agaete, destaca el blanco de las cascadas de agua sobre el color de los riscos y la fuerza del verde de las palmeras y almacigos. Foto Juan Antonio Jiménez Dámaso.

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En cuanto a las inundaciones y lluvias intensas, Dorta (1998), citando a Quirantes et al. (1993), hace referencia a los aluviones ocurridos en 1645, 1781, 1783 y 1826. El de 1783 es ​​descrito como sigue:

“Entre una vez y una del día, corrió el barranco de Santa Catalina con tanta abundancia de agua y tan fuertes sus extragos, que será memorable por muchos años. Se resistieron siete casas y arruinó otras muchas de las inmediaciones (...) Perecieron dos hombres y una niña y muchos se libraron de milagro ”. (   Lorenzo y Morera, 1957, citados por Dorta -1998-).

Para finalizar esta incursión en el pasado, hablaremos de las sequías. Según Dorta (1998), existe una amplia documentación al respecto. Selecciona la siguiente cita realizada por Millares, que en 1860 escribe:

"A pesar de la fertilidad proverbial de la Gran Canaria, con frecuencia se han experimentado sequías que han destruido sus sembrados, y después de la casi completa desaparición de sus bosques, han sido frecuentes".

El microclima de Agaete

El problema fundamental que limita el estudio del clima del municipio es la escasez de observatorios. El estudio "Caracterización agroclimática de la provincia de Las Palmas" , realizado en 1990 por el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, recoge para el municipio de Agaete los datos de una sola estación pluviométrica, ubicado en Los Berrazales, con registros desde 1950. Pero si los datos pluviométricos son deficientes, los de temperatura no existen.

Apoyándonos en este estudio y en el trabajo de Martín (1989), intentaremos definir la microclima de Agaete.

Hemos seleccionado las siguientes estaciones por considerar que tienen influencia en el clima de Agaete. Recogemos los datos de la estación de Gáldar por tener una referencia de las temperaturas y precipitaciones en la costa, al cuidador de la estación en la parte baja del Valle.

Estaciones seleccionadas:

Presa de Tierra Manuel desde lo alto del barranco de Agaete.  Foto: Juan Antonio Jiménez Dámaso.

Presa de Tierra Manuel desde lo alto del barranco de Agaete. Foto: Juan Antonio Jiménez Dámaso.

Estaciones pluviométricas de: Artenara-Tamadaba, Agaete-Berrazales, Caideros-Gáladar y Gáldar.

Estaciones pluviométricas de: Artenara-Tamadaba, Agaete-Berrazales, Caideros-Gáladar y Gáldar.

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En cuanto a los alisios, Agaete encuentra en la región límite de influencia directa, formando el mar de nubes, habitualmente, en los límites del Valle, concretamente por encima de La Culata (en Los Nogales, municipio de Gáldar) y en las laderas de Los Berrazales, El Sao y El Hornillo. También se puede observar en el macizo de Tamadaba y por encima de Berbique.


Trayectoria de los Vientos Alisios en Agaete.  Recreación de Héctor Jiménez Suárez.

Trayectoria de los Vientos Alisios en Agaete. Recreación de Héctor Jiménez Suárez.

Mapa de la zona alta del Valle de Agaete, con los emplazamientos más significativos identificados con sus topónimos.  Recreación de Héctor Jiménez Suárez.

Mapa de la zona alta del Valle de Agaete, con las variaciones de temperaturas y con los emplazamientos más específicos identificados con sus topónimos. Recreación de Héctor Jiménez Suárez.

El Valle de Agaete y sus dos zonas climáticas

Agaete es un valle que tiene dos zonas bien diferenciadas en cuanto a un clima se refiere. Esta zonificación tiene que ver con su forma y la exposición a los alisios. Desde la costa hasta La Suerte, el valle tiene formación en “U”, más expuesto a los vientos alisios; ya desde allí hasta la cabecera, formación en “V”, más resguardado de los alisios.

Seguro que el lector Entiende mejor si Recuerda El Fenomeno Que más de llama La atención en los meses de verano: CUANDO asciende del Puerto de Las Nieves Hacia Los Berrazales, a la altura de la Suerte, concretamente en la    Casa Amarilla     (Conocida así por ser la única con ese color), se produce un brusco ascenso de la temperatura, de hasta 4º C de diferencia, consecuencia de su exposición al alisio.


Diagrafama altimétrico del Valle de Agaete con perfiles a lo largo de la cuenca del barranco, transición UV (Héctor Jiménez Suárez).

Diagrafama altimétrico del Valle de Agaete con perfiles a lo largo de la cuenca del barranco, y las zonas de transición con sus formas en U y V. Recreación de Héctor Jiménez Suárez.


Gregorio Chil y Naranjo (1879) en su obra "Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las Islas Canarias", respecto al clima de Agaete escribe:

"En aquel pintoresco valle, una de las joyas más preciosas de la Isla, se experimenta un calor intenso debido a su poca anchura (...)"

El Valle de Agaete en verano.  Foto: Juan Antonio Jiménez Dámaso

El Valle de Agaete en verano. Foto: Juan Antonio Jiménez Dámaso


Horas de luz solar

Otra de las características del microclima de Agaete es la duración de las horas de luz. En invierno, en la parte alta del valle, el sol hace acto de presencia a la vez de la mañana, para retirarse a las cuatro de la tarde. A medida que descendemos hacia la costa el número de horas aumenta. La variación en la incidencia de los rayos solares, debido al alivio y la orientación, tiene una considerable repercusión sobre la cantidad de calorías recibidas por el suelo. Como resultado se producen importantes cambios en la precocidad de los cultivos e incluso en la elección de las especies y variedades. Sin embargo, la insolación con un promedio anual de 2000 horas, es una de las claves del clima cálido de la zona.

La ploviometría

En cuanto a la pluviometría, se encuentra entre los 265 mm en Guayedra (fecha extraído de Martín, 1989, aunque no especifica la altitud de la estación) para ir a unos 410 mm, una medida que asciende en altitud. El mes más lluvioso es diciembre, con 86 mm, seguido de enero, con 74,6 mm.


Mareta de la Huerta - El Valle

Mareta de la Huerta - El Valle. Foto: Juan Antonio Jiménez Dámaso.

Tabla nº 1. Pluviometría media mensual

Ploviometría media mensual

Ploviometría media mensual

Tabla nº 2. Pluviometría media estacional

Pluviometría media estacional

Pluviometría media estacional

Playa de las Nieves - Agaete

Playa de las Nieves - Agaete

Temperatura


En cuanto a las temperaturas, el período más frío se retrasa a enero y febrero, por la clara influencia de la corriente fría de Canarias, que actúa como regulador y suavizador de las temperaturas. De todos es conocido que la temperatura "ola de calor" puede ocurrir entre el 23 de julio al 15 de agosto, donde se alcanzan temperaturas superiores a los 30 ºC. Afortunadamente, suele durar unos 7 días.

Tabla nº 3. Temperatura media mensual

Temperatura media mensual.

Temperatura media mensual.

Tabla nº 4. Temperatura media por estaciones del año.

Temperatura media por estaciones del año.

Tabla nº 5. Evapotranspiración potencial media mensual

Evapotranspiración potencial media mensual

Evapotranspiración potencial media mensual

Tabla nº 6. Evapotranspiración potencial media estacional

Evapotranspiración potencial media estacional

Evapotranspiración potencial media estacional

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En cuanto a las temperaturas, el período más frío se retrasa a enero y febrero, por la clara influencia de la corriente fría de Canarias, que actúa como regulador y suavizador de las temperaturas. De todos es conocido que la temperatura "ola de calor" puede ocurrir entre el 23 de julio al 15 de agosto, donde se alcanzan temperaturas superiores a los 30 ºC. Afortunadamente, suele durar unos 7 días.

Montaña del pinar de Tamdaba y finca de La Laja.

Montaña del pinar de Tamadaba y finca de La Laja. Foto: Javier Tadeo Alemán.

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