Conocer la Vegetación de Agaete:
Sus Bosques
Conocer la vegetación de Agaete es una aventura apasionante.
“Había en esta isla de Canaria muchas y espesas arboledas, de diversos géneros de árboles enramados de grandes y estretegidas yedras olorosas, que hacen siempre verdes árboles y suelo, y estas arboledas y frescuras en muchas partes de la isla”
Abreu, citado por Santana (2001: 111)
Esta descripción realizada por Abreu, a principios del siglo XVII, nos da una idea de la vegetación de la época.
Los bosques de palmeras, almácigos y laurisilva, que existían en Agaete, desaparecieron a principios del siglo XVI, siendo sustituidos por matorrales y especies introducidas, colonizando laderas y barrancos. Actualmente tenemos que contentar con ejemplos aislados, localizados en algunas laderas y barrancos inaccesibles, y con la toponimia como único testigo de su existencia.
Estos bosques actualizados hasta la conquista, una excepción de los claros abiertos en su interior, por los aborígenes, para instalar huertos y cultivos de secano, además de las modificaciones propias de su uso como dehesa (Santana, 2001).
La influencia de los ingenios azucareros
Después de la conquista, a finales del siglo XV, comienza la desaparición de la mayor parte de la vegetación de Agaete por la roturación de terrenos y por la demanda de madera para la construcción de ingenios, canales y acequias para riego, además de la elaboración de materiales para el transporte del azúcar (ruedas, ejes, cajas). Sin olvidar, que su uso principal era el combustible para alimentar las calderas de los ingenieros. Prueba de la abundancia era el impuesto que se aplicaba, en 1501, a la madera que se sacaba fuera de la isla. Más tarde, en 1518, se advierte de la tala desmesurada y la conveniencia de realizar una repoblación a base de pinos, álamos, encinas y robles.Y alarmados por dicha tala, en 1526, se le refiere al soberano, que la industria azucarera consume mucha leña, de tal manera que la mayor parte de los bosques están acabados y esto hace presagiar el fin de dicha industria.
Para conocer la vegetación de Agaete debemos remontarnos a1533, en los que se anuncia la desaparición de los bosques, es decir, en los primeros treinta años del siglo XVI, la industria azucarera había consumido la totalidad de los bosques (Morales, 1974).
Preocupados por dicha desaparición, las Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria de 1531, dedican un capítulo titulado “de las montañas y guardas dellas ”.
Así, para preservar la riqueza arbórea, comienza por ordenar que, sin permiso de la Justicia y Regimiento, no se puede cortar ni leña ni madera. Se protegen los pinos del pinar de la ciudad de Teror, de Gáldar y Tamadaba. Se prohíbe el arranque de dragos y palmas, palmitos, almácigos y saoz (salsa canaria, el sao) de barrancos y acequias realengas (Morales, 1974).
Mapas con el proceso de deforestación desde el siglo XV al XIX
"... Y que nynguno osado de cortar palmas ni dragos sin licencia de la justicia y regimiento en cualquier parte de esta ysla tan pena de seyscientos maravedís por cada palma o por cada drago demás de la pena de perder la tablazón o cualquier obra que hizieren del grado y que la tablazón y obra del drago sea para los propios ”
Morales, 1974: 135
“… Y ninguna persona persona sea mar osado de saoz en los barrancos del agua que ay en toda esta ysla en las acequias realengas de los heredamientos que fueren de más de un dueño ny rama de saoz en cantidad syn licencia de la justicia so pena por cada pie de saoz de sesenta maravedís e si fuere cantidad de rama de saoz seiscientos maravedís pero que si los cuentos sauzeses se trasladan dentro de la heredad de alguna persona o en la acequia de uno solo que los pueden cortar sí mismos.
… Y que ninguna persona sea osado de cortar árbol de almacigo en esta isla tan pena de seiscientos maravedís por cada pie y la leña o su valor perdido ”
Morales, 1974: 137
Con el fin de preservar la vegatción se multa con dos mil maravedís a los que cortan palmeras para hacer tablazones con destino a las cajas de azúcar y tabernas. Si es un esclavo, la multa asciende a cien azotes.
“Otros y por quanto que en esta isla son mucha falta de madera para los hedeficios que en ella se hacen y los palmares están muy talados a causa de la mucha tablazón que se gasta en hazercaxas de azúcar se hordena y manda que de aquí adelante la justicia e regimiento // 70 v. no den licencia a ninguna persona ni la pueden dar para cortar ni aserrar palmas para hazercaxas de azúcar ny para hazer tabernas so pena que la persona que cortare o aserrere palma o hiziere taberna por cada palma que cortare o taberna que hiziere incurra en pena de dos myll maravedís e si fuere esclavo le den cient azotes ”.
A los ingenieros de Gáldar se les prohíbe cortar pinos en la Montaña de Gáldar y en Doramas, durante quince años. Como compensación se le asigna a cada ingenio cincuenta o sesenta pinos del Pinar de Tamadaba. Los pinos que tienen una altura determinada (dos palmos de frente) y se marcan los que se cortan.
Como vamos constatando, para conocer la vegetación de Agaete nos tenemos que retrotaer a estos contextos.
“… A los engenios de Gáldar de aquí adelante por el dicho tiempo de los dichos quinze años se les da licencia para cortar leña en la montaña de Tamadaba dando a cada yngenio cincuenta o sesenta pinos hasta ochenta que sea cada uno de dos palmos de frente y señalados porque sean gruesos e grandes ... "
Morales, 1974: 138
Y la normativa, aunque demasiado tarde, prohíbe arrancar un árbol de quajo ”o de raíz, con multas de 200 maravedíes.
"... y que ninguna persona arranque árbol de quajo ni de rraizsy no fuere granadillo tan pena que el que lo contrario fizierecayga en pena de por cada árbol que de cuajo o de rraiz arranque dozientos maravedís por cada pie de árbol".
Distribución de las especies
Con el fin de conocer la vegetación de Agaete, a continuación, siguiendo la distribución bioclimática que se utiliza para describir la vegetación en Canarias, reconstruimos la distribución y la vegetación de Agaete.
1) El piso basal
Conocer la vegetación de Agaete
Las especies más características son: el cardón, la tabaiba dulce, la tabaiba amarga, la tabaiba salvaje, el verode, el incienso salvaje, el balo, la botonera y los tarahales. Seguro que alguna vez ha visto algunas de estas especies, presentes a lo largo y ancho del municipio de Agaete. Pero de lo que no estamos tan seguros, es de la leña Noel y la leña santa o leña buena. La primera, es difícil de apreciar porque fue muy explotada en el pasado para la elaboración de perfume; y la segunda, la leña buena, porque fue muy utilizada en el siglo XVI como leña (Santana, 2001). Estas especies tienen nombres como lugares: La Leña Buena, La Cardonera, El Cardón Grande, Lomo los Balos.
2) El bosque termófilo
Conocer la vegetación de Agaete
Se consideró en el pasado desde los 50 metros hasta los 500 metros, bajo el monte verde en el norte, y el pinar en el sur.
Las especies más representativas son: la palmera, el almácigo, la sabina, el lentisco, el acebuche, el hediondo, el peralillo, el mocán, el barbusano, el marmolán y el drago.
En las laderas de La Culata, de Las Longueras y en muchos barrancos, podemos contemplar la asociación de almácigos y palmeras, testigos de lo que en su día caracterizaron al Valle de Agaete.
La toponimia de Agaete recoge: La Palmita, El Palmeral, Barranco de La Palma, El Hediondo, El Peralillo, Tajinastal.
3) La Laurisilva
Conocer la vegetación de Agaete
En crónicas, describa a la laurisilva como el mejor bosque del archipiélago. Se trata de una formación boscosa siempre verde, de carácter umbrófilo y termófilo, de ahí el nombre de Barranco Oscuro en Guayedra.
La Laurisilva jugó un papel fundamental en el caudal de los nacientes de Agaete. Estas especies arbóreas se caracterizan porque sus hojas facilitan la lluvia lluvia horizontal.
Entre las especies más representativas tenemos: el til, el viñátigo, el laurel, el barbusano, el acebiño, el paloblanco, el mocán, el aderno, el marmulán, el follao. También se asocia a la laurisilva el sao. Muchas de estas especies de productos comestibles para el hombre, como el mocán y el madroño.
Según Santana (2001), antiguamente, en Gran Canaria ocupaba el sector norte de la isla, desde los 400 metros hasta los 1.200 metros, entre los altos de Tenteniguada y los altos de Gáldar y Agaete. En el Barranco Oscuro existen ejemplares de laureles, viñatigos, adernos, madroños y acebiños. Antiguamente este bosque se extiende desde las laderas de Los Berrazales y El Sao hasta los 1.200 metros de altitud.
Si buscamos en la toponimia de Agaete encontramos el Viñátigo (en El Hornillo) y El Sao.
4) El pinar
Conocer la vegetación de Agaete
Por encima de la laurisilva, al norte, y del bosque termófilo, al sur, dominó el pino canario. El Pinar de Tamadaba es uno de los mejores conservados del archipiélago.
Los pinares fueron explotados por los aborígenes como zona de pastoreo. Después de la conquista, se explotó para la extracción de madera, leña, carbón, corcho y pinocha. Tal fue su explotación que sufrió una deforestación intensa.
No podemos olvidar las comunidades higrófilas, representados por especies como el junco, la berraza, el berro. La toponimia nos recuerda que existió en Barranco del Juncal y Los Berrazales.
Por último, hay que tener las especies rotas (la orchilla), abundante en los acantilados de Guayedra, que por sus características tintóreas fue la primera actividad económica entre la población aborigen y europea hasta el siglo XIX.