FRANCISCO BETHENCOURT DE ARMAS: figura relevante de Agaete. Intelectual, político y empresario distinguido de Gran Canaria, 1860-1930
Etnografía, Historia, Personajes, Publicaciones, Textos históricos

FRANCISCO BETHENCOURT DE ARMAS

FRANCISCO BETHENCOURT DE ARMAS: figura relevante de Agaete. Intelectual, político y empresario distinguido de Gran Canaria, 1860-1930 

 

FRANCISCO BETHENCOURT DE ARMAS: figura relevante de Agaete. Intelectual, político y empresario distinguido de Gran Canaria, 1860-1930 
FRANCISCO BETHENCOURT DE ARMAS

 

Antonio J. Cruz y Saavedra

<<agaeteconrigor>>

2020

 

FRANCISCO BETHENCOURT DE ARMAS: figura relevante de Agaete. Intelectual, político y empresario distinguido de Gran Canaria,

1860-1930  

 

FRANCISCO BETHENCOURT DE ARMAS: a relevant figure of Agaete. Intellectual, politician and distinguished businessman of Gran Canaria, 1875-1958

 

 

RESUMEN

 

Escasos son los personajes nacidos en Agaete con una carrera política y empresarial tan deslumbrante y brillante como la de Francisco Bethencourt de Armas. Este intelectual de reconocido mérito realizó la instrucción elemental en Agaete, la enseñanza secundaria en el Colegio de San Agustín de Las Palmas y la licenciatura en Derecho en Madrid. D

Después de su etapa en la capital, donde trabajó en la administración pública y como redactor de un reconocido periódico, regresó a Canarias donde fue elegido Diputado Provincial por el distrito de Guía de Gran Canaria y luego de Las Palmas.

Fue Delegado del Gobierno en las Canarias Orientales, miembro de la ejecutiva del Partido Liberal Canario, Presidente de la Sociedad Adjudicataria de Arbitrios de Puertos Francos, Concejal y Alcalde de Las Palmas, Presidente de la Junta Local de Cosecheros de la Asociación de Gremios y Consejero y Vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria.

Además de socio de número y Presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y fundador del Real Club Náutico de Las Palmas de Gran Canaria.

Por su trayectoria fue condecorado con la Cruz de Carlos III y por su contribución con este pueblo se rotuló una de sus calles. Aquí nuestro reconocimiento a un hijo ilustre de este municipio.

Palabras clave: Alcalde, Delegado del Gobierno, empresario, intelectual, político.

 

ABSTRACT

Scarce are the characters born in Agaete with a political and business career as dazzling and bright as Francisco Bethencourt de Armas.

This intellectual of recognized merit performed elementary instruction in Agaete, secondary education at the College de San Agustín de Las Palmas and a law degree in Madrid.

After his time in the capital, where he worked in public administration and as editor of a well-known newspaper, he returned to the Canary Islands where he was elected Provincial Deputy for the district of Guía de Gran Canaria and then in Las Palmas. He was Delegate of the Government in the Eastern Canary Islands, member of the executive of the Canarian Liberal Party, President of the Award Winning Arbitration Society, Councilor and Mayor of Las Palmas, President of the Local Board of Harvesters of the Association of Guilds and Counselor and Vice President of the Cabildo de Gran Canaria.

In addition to a number partner and President of the Royal Economic Society of Friends of the Country and founder of the Royal Nautical Club of Las Palmas de Gran Canaria.

For his career he was awarded the with Cross of Carlos III and for his contribution to this town one of its streets was labeled. Here our recognition of an illustrious son of this municipality.

 

Keywords:

Mayor, Government Delegate, businessman, intellectual, politician.

 

A todos los intelectuales y políticos de este pueblo

que contribuyeron con el progreso de

Agaete, Gran Canaria y Canarias.

 

 

1. Francisco Bethencourt de Armas: apuntes biográficos de un hombre ilustre

 

Nacimiento

 

Francisco Bethencourt de Armas, era hijo legítimo de José Betancort y Reyna y de María Encarnación de Armas Jiménez.

Nació en Lagaete el 19 de diciembre de 1860 y fue bautizado en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción por el párroco Antonio Agustín González y Vega el 22 de diciembre de 1860, recibiendo el nombre de Francisco Cayetano Nemesio María del Carmen.

Siendo sus abuelos paternos José Betancort Pinto y Micaela Reyna y Quesada, vecinos de Gáldar, y sus abuelos maternos Francisco de Armas Pino y Ana María Jiménez Jorge, vecinos de Agaete. Actuando de padrino su tío materno Antonio de Armas Jiménez.

Su abuelo paterno, José Betancort Pinto, fue Alcalde de la Villa de Gáldar en 1859 y un hacendado del lugar.

En cambio su padre, José Bethencourt y Reina, fue Inspector de Hacienda y también Alcalde de Gáldar en 1898; mientras que su madre, María Encarnación de Armas Jiménez[1], era hermana del acaudalado e hijo ilustre de Agaete Antonio de Armas Jiménez[2].

Asimismo, era sobrino de Francisca Bethencourt y Reina[3], que casó el 14 de marzo de 1853 con el Alférez de fragata Francisco Rodríguez Reyes y a la sazón Alcalde de Mar de Gáldar en 1865[4]; del secretario del Ayuntamiento de Teguise Domingo Lorenzo y Bethencourt, del profesor de Pedagogía Severino Lorenzo y Bethencourt y de María Dolores Bethencourt y Reina[5].

Además de primo de Ana de Armas Merino, de Francisco de Armas Clos, de los Alcaldes de Gáldar Francisco Lorenzo Vázquez de Figueroa y de Luis Rodríguez Bethencourt, del funcionario de Hacienda José Batllori y Perera, de Justiniano Lorenzo y Bethencourt y del Cronista Oficial de Gran Canaria y Director de la Biblioteca Municipal José Batllori y Lorenzo.

 

Fallecimiento

El ilustre agaetense, Francisco Bethencourt de Armas fallecía de uremia a las cuatro de la tarde del día 11 de abril de 1930 en su domicilio de la calle Castillo nº 11, a los 69 años de edad.

Su cuerpo difunto fue enterrado en el cementerio de Las Palmas, constituyendo su sepelio una manifestación de duelo, calificándolo la prensa de patriota, hombre ejemplar y persona de gran relieve político y humano, oficiándose por su muerte misas tanto en la capital como en su pueblo.

 

Nominación de una calle con su nombre

Por sus desvelos por su municipio, el 8 de enero de 1931 la Corporación Municipal presidida por el Alcalde Juan García Martín, acordaba que la histórica calle de Las Nieves pasara a denominarse de Francisco Bethencourt Armas, pasando aquella a rotular una vía en el puerto de Las Nieves.

 

 

Firma del Alcalde Juan García Martín, 1930
Firma del Alcalde Juan García Martín, 1930

 

Infancia en Agaete – Instrucción básica

Su infancia transcurrió en Agaete, donde posiblemente recibiera la Instrucción Elemental en la escuela que regentaba Cristóbal Ramos y Ponce –maestro de excelentes dotes según el Inspector educativo–, ya que el inolvidable maestro José Sánchez y Sánchez, de cuya escuela y metodología empleada trascendió las fronteras de Canarias, se incorporó al magisterio en este pueblo el 20 de julio de 1873.

Colegio de San Agustín de Las Palmas

Acabada la instrucción básica ingresó en el Colegio de San Agustín de Las Palmas en 1871, a los 10 años, permaneciendo en dicha institución hasta 1877[6].

Formación académica en Madrid

Trasladándose a Madrid para iniciar su carrera universitaria en la Facultad de Filosofía y Letras entre 1878 y 1881 y en la Facultad de Derecho de la Universidad Central desde 1879 a 1885, residiendo en la capital del Reino de España hasta su regreso a Canarias donde fue elegido Diputado Provincial por el distrito de Guía de Gran Canaria.

Residiendo en Madrid y en nombre de su tío José de Armas Jiménez, Juez electo de 1ª Instancia del distrito de la Catedral de San Juan de Puerto Rico, el 30 de agosto de 1882 dirigía escrito al Ministro de Ultramar exponiéndole que su tío residía en Las Palmas de Gran Canaria, ciudad donde hacía escala los vapores de la Compañía Trasatlántica con quienes el Gobierno tenía contratado el pasaje oficial, para concertar el embarque en el buque que hacía escala el 13 de septiembre, suplicando al Ministro que ordenara a la compañía para que le recogiera en el punto expresado.

Accediendo la Dirección General de Hacienda el 1 de septiembre a lo solicitado, procediendo a dar las órdenes oportunas para que se le permitiera subir a bordo en el puerto de Las Palmas el día señalado.

Redactor en el Periódico El Día y funcionado de Instrucción Pública

Durante su periplo en Madrid, formó parte de la redacción del periódico El Día, un diario independiente de tendencia liberal y monárquico.

Ejerciendo en 1888 de secretario del Director General de Instrucción Pública, formando parte de la plantilla de los Ministerios con el rango de oficial de tercera en 1892.

Ocupando, según la relación de empleados hecha pública por el Ministerio de la Gobernación de 1 de enero de 1894, el puesto nº 15 del escalafón del personal adscrito a la Administración Civil, con una antigüedad en el empleo de 5 años y 24 días, y en la Administración del Estado de 11 años, 3 meses y 28 días de servicios prestados, figurando con plaza de Auxiliar de la Clase de Quintos del Ministerio; contaba tan solo con 33 años de edad.

 

 

José Batllori y Lorenzo, 1878-1929. Cronista Oficial de Gran Canaria
José Batllori y Lorenzo, 1878-1929. Cronista Oficial de Gran Canaria

 

 

 

Traslado definitivo a Canarias, 1893.

 

A principios de diciembre de 1893, tomaba el tren correo de Andalucía para embarcar en Cádiz con destino a Canarias.

A partir de entonces fijó su residencia definitiva en Gran Canaria, renunciando a su etapa y empleos en Madrid.

Por esta razón, el 31 de marzo de 1894, dentro de las disposiciones dictadas por el Ministerio de la Gobernación, declaraba cesante a Francisco Bethencourt de Armas como oficial de cuarta clase, con el rango de escribiente del Ministerio.

Se convertiría en un viaje sin retorno, emprendiendo una nueva etapa de su vida y profesional en Canarias, siendo elegido meses después Diputado Provincial por el distrito de Guía de Gran Canaria, iniciando así una meteórica y fulgurante carrera en lo político, en lo social y en el ámbito empresarial.

Tomaba así el relevo del que fuera Presidente de la Diputación Provincial de Canarias y Diputado por el distrito de Guía, su tío materno José de Armas Jiménez, que fallecía el 30 de abril de 1894, después de una intensísima actividad política y como magistrado de las Audiencias de Puerto Rico y Cuba.

 

 

Plaza del Espíritu Santo, Las Palmas. A la derecha la antigua calle Puertas, donde residía Francisco  Bethencourt de Armas. Foto de Jordao da Luz Perestrello. Fedac, 1900-1910
Plaza del Espíritu Santo, Las Palmas. A la derecha la antigua calle Puertas, donde residía Francisco Bethencourt de Armas.                                                                  Foto de Jordao da Luz Perestrello. Fedac, 1900-1910

 

 

Contracción de matrimonio con María del Carmen Dominga de Quintana, 1898.

 

Una vez establecido en Las Palmas, contraía matrimonio con María del Carmen Dominga de Quintana y León el 30 de diciembre de 1898, fruto del cual nació un único hijo, José Antonio Bethencourt y Quintana, que falleció en 1919 a los 18 años de edad, tras una grave y rápida enfermedad.

María del Carmen había nacido el 11 de mayo de 1876 en Las Palmas y fallecía el 31 de marzo de 1951 a los 75 años de edad.

Era hija de Antonio Rómulo José de Quintana y Llarena-Calderón, nacido el 6 de julio de 1821 y difunto el 7 de noviembre de 1911, a los 90 años de edad, y de María de los Dolores de León y Joven de Salas, nacida el 22 de septiembre de 1831 y difunta el 23 de marzo 1899 a los 67 años de edad, y que contrajeron matrimonio en Las Palmas el 26 de diciembre de 1855.

 

Fijación de la residencia en Las Palmas

La familia Bethencourt-Quintana fijó su residencia en una casa de la calle Castillo nº 11, donde vivía la mayor parte del año debido a sus ocupaciones y a los cargos políticos de relevancia que ostentó.

Según la Dra. Hernández Socorro, la primera dueña del inmueble fue Clara de León y Falcón, casada con Germán Muxica y Aguilar, que al no dejar descendencia la testó a su sobrina María de los Dolores de León y Joven de Salas, pasando a su muerte a su hija María del Carmen Dominga de Quintana y León.

Por las investigaciones de la Dra. Hernández Socorro sabemos que la vivienda estaba situada en la antigua calle Puertas nº 11, hoy calle Castillo nº 9 de Las Palmas.

Asimismo, nos dice que la autoría del proyecto se debía a Manuel Ponce de León con fecha de 1856.

Tratándose, según la investigadora, de una casa de dos plantas con fachada de estilo ecléctico, con ocho vanos distribuidos en ambas plantas y un balcón central corrido, rematando el imafronte una balaustrada con tramos de mampostería sobre los cuales se asientan ocho jarrones realizados en cantería.

Siguiendo el modelo tradicional, el interior se distribuye en torno a un patio central, con los soportes y materiales usuales utilizados en la arquitectura vernácula y culta[7].

 

Estancias en Agaete

Sin embargo, alternaban periodos con estancias prolongadas en Agaete, donde poseía varias fincas urbanas en el puerto de Las Nieves, en la calle de La Cruz y en la calle Santa Rita.

Viviendas desde donde atendía sus asuntos, pasaba temporadas con la familia y amigos y visitaba sus propiedades y vías de agua. Aunque de último era frecuente que las temporadas veraniegas las pasara en su finca del Monte Lentiscal, Santa Brígida, sobre todo cuando su salud así lo requería.

 

2. Francisco Bethencourt de Armas: un político brillante y de altura

 

Francisco Bethencourt de Armas era miembro de una influyente familia –los Armas de Agaete– y del Partido Liberal Canario –adscrito a la facción de Agustín Bravo de Laguna y Joven de Salas–.

Que por haber nacido ocho años antes de la Revolución de Septiembre de 1868, no se vio envuelto en las disputas por el control político de Agaete que mantuvieron los dos partidos más representativos, los monárquicos y los republicanos.

Restaurada la monarquía borbónica la normalidad volvía a reinar en el municipio, recuperando la hegemonía del lugar los que la venían ejerciendo desde hacía décadas, produciéndose una coexistencia pacífica entre los líderes antes enfrentados, siendo el principal artífice de la parte monárquica Antonio de Armas Jiménez y de la republicana Francisco Medina Jorge y Jacinto Martínez Téllez.

 

La familia de Armas.

Reparto de la instituciones locales

La familia de Armas, como buenos monárquicos y miembros entusiastas del partido de Fernando de León y Castillo, tuvieron a buen recaudo el reparto de las instituciones locales, recayendo en manos de Santiago de Armas Jiménez la Alcaldía y la presidencia de la Junta Local Diocesana de Construcción, la Alcaldía de Mar en Francisco de Armas Jiménez, el de Diputado Provincial del Distrito y la Vicepresidencia de la Comisión Permanente de la Diputación Provincial en José de Armas Jiménez y el patronazgo de la ermita de Las Nieves en Francisco de Armas Merino.

Familiares y allegados ocuparon puestos de responsabilidad y de confianza, como el Teniente de Milicias Sebastián de las Cuevas que ostentó la mayordomía de la parroquia de la Concepción, en su hermano Francisco de Armas Jiménez la titularidad del Juzgado de Paz en 1859 y 1860, y en José de Armas Jiménez y Miguel de las Cuevas la suplencia del juzgado.

Ostentando la presidencia de la Junta Local de defensa contra las plagas de cigarra Graciliano Ramos Medina y Juan de Armas Merino, y la Asociación de Amigos Protectores de la Enseñanza Antonio Abad Ramos Medina, todos emparentados por lazos familiares de manera directa o bien a través de enlaces matrimoniales. Es decir, todo un tejido y entramado de reparto del poder local.

Linaje de los Armas

El linaje de los Armas –padres, hijos, tíos y sobrinos–, entre 1857 y 1890, junto al cura Antonio Agustín González Vega, Francisco de Armas Reina, Antonio Mª del Rosario, Francisco Medina Jiménez, Juan Jiménez Jorge, Clemente de Medina, Miguel de las Cuevas, Sebastián de las Cuevas, Antonio Armas Mendoza, Francisco Medina Jorge y Graciliano Ramos Medina eran los mayores contribuyentes del municipio, por lo tanto electores natos para votar a los compromisarios del Distrito.

Con todo, en 1892 y en 1900, Graciliano Ramos Medina y Francisco de Armas Merino ocuparon respectivamente el Juzgado de Paz, y José de Armas y Armas la Alcaldía de Mar en 1902 y en 1903, y así durante varias décadas.

Como también la Alcaldía y la presidencia de la Sociedad de Cultura y Recreo La Luz. Francisco Bethencourt de Armas, como miembro de esta influyente familia y del Partido Liberal Canario, participó sobradamente de este reparto de poder, al margen de su condición intelectual y su valía como orador y personaje preclaro de Gran Canaria.

 

Inicios en la vida política

Sus inicios en la vida política se remontan al 3 de abril de 1894, cuando la Comisión Permanente de la Diputación Provincial aprobaba el acta de su elección por el Distrito de Guía de Gran Canaria, ejerciendo desde entonces como Diputado en las sesiones de la Diputación Provincial de Canarias.

Figurando, el 1 de septiembre de 1894, junto a Rafael Ponce y Armas, Teodomiro Bautista y Quintana y Edmond Mendoza y Pérez, como candidatos por la jurisdicción de Guía a las elecciones provinciales a celebrar el 9 de septiembre según la Junta Provincial del Censo, donde fueron nombrados interventores para las mesas electorales en Agaete José Sánchez y Sánchez, Antonio Armas Mendoza y Antonio Palmés Armas.

Realizado el escrutinio el 13 de septiembre, Francisco Bethencourt de Armas, obtenía 1.853 votos, resultando elegido de nuevo Diputado Provincial; tomando posesión el 2 de noviembre, donde fue nombrado miembro de la Comisión Auxiliar de Actas.

 

Francisco Bethencourt de Armas, 1860-1930. Agaetense y grancanario ilustre
Francisco Bethencourt de Armas, 1860-1930. Agaetense y grancanario ilustre

 

 

Como diputado asistió a todas las sesiones previstas durante los periodos acordados en 1894 y 1895, periodo en el que formó parte de la Comisión Provincial y de secretario de la Comisión de Gobernación.

No obstante, a la sesión celebrada el 15 de julio de 1895 no asistió, excusando su falta; aún así, dos días después, junto a otros diputados de Gran Canaria, fueron multados por el Gobernador Civil por faltar al pleno.

Por otro lado, la Comisión Provincial Permanente le concedía el día 5 de octubre un mes de permiso; justificando su ausencia a las sesiones del 2 y el 4 de noviembre al no tener pasaje y por enfermedad.

Lo cierto es que no acudió a ninguna de las sesiones celebradas en noviembre y en diciembre de 1895, como tampoco a las que se celebraron en 1896 y en 1897, excusando su ausencia por motivos de enfermedad.

Objeto de atropellos

Siendo objeto de numerosos atropellos o de manera colateral cuestionándose a su padre como Inspector de Hacienda, aunque en realidad su progenitor había puesto su cargo a disposición de la autoridad competente desde hacía tiempo, tratándose en definitiva de amenazas anónimas por cuestiones de índole electoral.

Al parecer –no consta en las actas de la Diputación–, como Diputado Provincial y por designación de la Junta Provincial de Canarias, formó parte en octubre de 1895 de la comisión habilitada en Las Palmas para estudiar las solicitudes de los mozos de los remplazos de 1879 a 1885 que habían solicitado prórroga; asunto éste de enorme trascendencia ya que en sus manos estaba el destino de muchos jóvenes de familias influyentes, lo que se traducía en votos y en favores.

Con todo, el Ministerio de la Gobernación remitía al Gobernador Civil de Canarias la Real Orden dada en Madrid el 17 de marzo de 1896, en la que resolvía que se procediera a la suspensión del presidente de la Junta Provincial del Censo Francisco de Asís Juan de Quintana y León –X Marqués de Acialcázar y cuñado de nuestro biografiado– y a los Diputados Jacinto Bravo de Laguna, Vicente Martín Velasco y Francisco Bethencourt de Armas, por no asistir reiteradamente a las sesiones, según el expediente instruido por el Gobernador Civil y que remitió al Ministerio el 6 de diciembre de 1895.

Que según recogía el expediente, tanto el presidente como los vocales fueron apercibidos y multados en varias ocasiones, resultando en vano al persistir en su conducta.

Sin embargo, el Boletín Oficial de Canarias reproducía la comunicación del presidente de la Junta Central del Censo de 3 de marzo, dejando sin efecto la suspensión del presidente provincial y de los vocales referidos; mientras que el Boletín Oficial publicaba la Real Orden de 3 de abril del Ministerio de la Gobernación, ordenando la suspensión por los motivos expuestos.

Aún así, el 19 de agosto de 1896, Francisco Bethencourt de Armas figuraba como suplente de la Junta Provincial del Censo Electoral de Canarias, además de candidato a la Diputación Provincial por el distrito de Guía junto a Tomás García Guerra, Francisco Manrique de Lara y Felipe Massieu y Falcón.

Siendo de nuevo miembro suplente en el listado de la Junta Electoral del Censo para el bienio 1897-1898.

Votaciones en elecciones finales del XIX.
Votaciones en elecciones finales del XIX.

 

Como se dijo, fue elegido Diputado y no asistió a las sesiones celebradas en Santa Cruz de Tenerife.

En adelante no volverá a ser reelegido como Diputado de la Diputación Provincial de Canarias, aunque en febrero de 1898 en el listado de vacantes el distrito de Guía, consta de nuevo junto a Rafael Ponce y Armas, Teodomiro Bautista y Quintana y Edmond Mendoza y Pérez.

Figurando de suplente de la Junta Provincial del Censo Electoral según la circular de 8 de marzo de 1898 publicada en el Boletín Oficial de Canarias.

Siendo candidato a Diputado Provincial por el distrito de Las Palmas en marzo de 1901 junto a Fernando Casabuena Molina, Miguel Báez Perdomo y Nicasio Galván Pérez; en ambos casos no ocupó asiento en la Diputación.

 

 

 

Firma de Francisco Bethencourt de Armas, 1919
Firma de Francisco Bethencourt de Armas, 1919

 

Delegado del Gobierno de las islas orientales

Su meteórica carrera política le llevó a ocupar la Delegación del Gobierno de las islas orientales, según el telegrama enviado por el Ministro de la Gobernación a la Delegación Gubernativa el día 6 de octubre de 1897 para conocimiento de Francisco Bethencourt de Armas, en sustitución de Ferreol de Aguilar y Pérez, significándose la prensa por su nombramiento, considerándolo como persona de inteligencia contrastada, culta y afectuosa.

Mientras tanto, en Madrid circulaba la idea de reemplazar al Gobernador Civil de la Provincia José de San Martín y Herrero por el actual Delegado del Gobierno Francisco Bethencourt de Armas[8].

Por otra parte, en agosto de 1898, en Las Palmas tenía lugar la renovación de la junta directiva del Partido Liberal Canario que presidía Francisco Manrique de Lara, figurando como vocal electo.

Sin embargo y a raíz de los cambios políticos, Francisco Bethencourt de Armas, presentaba la dimisión como Delegado del Gobierno, siendo aceptada por el Ministro de la Gobernación Eduardo Dato Iradier, haciéndose eco la prensa de su cese, intentando buscar una explicación al por qué los dirigentes del Partido Liberal Canario habían sacrificado a un hombre que había prestado grandes servicios a la política de Fernando León y Castillo y que contaba de gran credibilidad en el distrito de Guía de Gran Canaria.

Después de varios nombramientos frustrados, la Real Orden de 17 de octubre de 1899 publicaba el cese y la toma de posesión del nuevo Delegado de las Canarias Orientales Fernando Yandiola y Esponera.

 

Presidente de la Sociedad de Arbitrios de Puertos Francos y Concejal del Ayuntamiento de Las Palmas

En julio de 1902 fue designado presidente de la Sociedad adjudicataria de Arbitrios de Puertos Francos como consejero de Las Palmas, tomando posesión como administrador el 7 de noviembre, percibiendo 8.500 pesetas anuales de sueldo.

Cargo que compartía con el de concejal del Ayuntamiento de Las Palmas, resultando elegido de nuevo en las elecciones de 12 de noviembre de 1905 por el distrito de Santa Catalina, circunscripción donde obtuvo 177 votos.

Partidario de la División Provincial

Significándose públicamente partidario de la División Provincial, acudiendo a todos los mítines organizados en pro de la causa divisionista.

Presidente del Gremio de cosecheros…

Asimismo y siendo concejal del Ayuntamiento de Las Palmas, consta en noviembre de 1906 como presidente de la Junta Local de la Asociación de Gremios cosecheros-propietarios de los puertos habilitados de las Islas Canarias.

Puerto de La Luz-Las Palmas
Puerto de La Luz-Las Palmas

 

Administrador de puertos francos…

Designándosele a principios de 1907 como administrador de puertos 

francos de 

Las Palmas. Como también, en abril de 1909, miembro fundador de la Liga

Marítima de Canarias en Las Palmas, representando a la citada entidad en 1912 en la Junta de Obras del Puerto de La Luz y de Las Palmas.

 

 

 

 

 

 

Tomás de Zárate y Morales, primer presidente del Cabildo de Gran Canaria, 1913
Firma de Tomás de Zárate y Morales, primer presidente del Cabildo de Gran Canaria, 1913

 

Alcalde del Ayuntamiento de Las Palmas

Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y Plaza de Santa Ana-1927-FEDAC
Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y Plaza de Santa Ana-1927-FEDAC

No obstante, la Real Orden dada en Madrid el 23 de junio de 1909 por el Ministerio de la Gobernación, nombraba a Francisco Bethencourt de Armas Alcalde del Ayuntamiento de Las Palmas, tomando posesión en el cargo el 1 de julio.

Nombramiento que fue del agrado de una mayoría al tratarse de una persona muy cualificada, apreciada y de una enorme generosidad, aunque la intención de su partido no era esa, haciéndose eco los medios escritos de las discrepancias surgidas en el seno de las diferentes facciones del Partido Liberal Canario, por vulnerar el acuerdo de dar libertad a los concejales del grupo oriental para elegir a sus respectivos Alcaldes.

Las críticas sobre su designación continuaron, sobre todo desde dentro de su partido –Vicente Ruano Urquía y Carlos Navarro Ruiz–, desautorizándolo como Alcalde.

Aún así, su actividad en pro de la ciudad y de los vecinos no se vieron afectadas, preocupándose por el suministro del agua de abastos, del encendido eléctrico y de manera significativa del puerto, como de socorrer a los vecinos de Fuerteventura debido a la tenaz sequía.

Sin embargo, las presiones a las que se vio sometido precipitaron su dimisión, organizándole los concejales y amigos el 30 de diciembre una fiesta de despedida en el Hotel Metropole; aunque atendiendo a sus indicaciones se canceló el banquete en su honor, una muestra más de su talante político y de hombre de partido.

En desagravio, el Real Club Náutico, de la que era Vicepresidente, lo nombraba Socio Honorario por su labor en dicha institución desde su fundación.

 

 

Constitución del Cabildo de Gran Canaria en 1913. Foto de Tomás Gómez Bosch, MEC
Constitución del Cabildo de Gran Canaria en 1913. Foto de Tomás Gómez Bosch, MEC

 

Consejero del Cabildo de Gran Canaria

Por su condición, en 1910 y en 1911 formó parte de la comisión que elaboraría los estatutos de la recién creada Junta de Turismo[9].

Así como de la comisión formada por Bartolomé Apolinario Macías y José Miranda Guerra, al amparo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas, para dictaminar sobre la creación del Registro Mercantil y de la Escuela de Comercio de Las Palmas.

Asimismo y con la aprobación de la Ley de Cabildos de 11 de julio 1912, se hacía pública el 31 de octubre una candidatura para la constitución del Cabildo de Gran Canaria, figurando por el Partido Judicial de Guía Francisco Bethencourt de Armas, Antonio Castillo Santana, Santiago Martín Padrón, Graciliano Ramos Medina y Santiago Gutiérrez Martín.

Quedando constituido el primer Cabildo el 5 de enero de 1913 ante el presidente de la Audiencia de Las Palmas, representando al Partido Judicial de Guía los consejeros Francisco Bethencourt de Armas, Antonio Castillo Santana, Antonio Cuyás y González Corvo, Santiago Gutiérrez Martín y Segismundo Bertrana y Masramón.

Tomando posesión el 16 marzo los Consejeros, nombrando como presidente de la institución insular a Tomás de Zárate y Morales, formando parte de la Comisión Permanente Francisco Bethencourt de Armas.

Durante años continuó como Consejero del Cabildo, figurando de Vicepresidente en julio de 1915; siendo elegido en diciembre de 1922 por el distrito de Triana con 241 votos, permaneciendo en la institución insular hasta su muerte.

 

Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria
Real Sociedad Económica de Amigos del                              País de Gran Canaria

Presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas

 

Asimismo, fue socio de número de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas, donde ingresó el 31 de marzo de 1895, ostentando la presidencia de tan noble institución desde 1923 hasta 1930.

 

Miembro fundador del Real Club Náutico de Las Palmas

Además de miembro fundador del Real Club Náutico de Las Palmas y de la primera junta directiva el 9 de marzo de 1908, entidad donde fue Vicepresidente y Socio Honorario por su labor en dicha entidad.

Significándose en la organización de eventos de trascendencia, como de la comisión por Las Palmas de Gran Canaria para la exposición Ibero-Americana sobre Arte, Industria y Comercio a celebrar de Sevilla.

 

Accionista del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Las Palmas

Igualmente, fue accionista del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Las Palmas, suscribiendo dos acciones a cincuenta pesetas cada una, formando parte del consejo de administración como vocal consejero electivo; así como accionista de la sociedad constructora de Obras Públicas de Gran Canaria, donde era vocal de su junta.

 

Condecoraciones y distinciones

 

Pocos agaetenses ilustres fueron condecorados y reconocidos sus méritos a nivel nacional.

Francisco Bethencourt de Armas fue uno de ellos, desde 1921 estaba en posesión de la Cruz de la Orden de Carlos III, ocupando un puesto destacado en los protocolos y solemnidades.

Poseedor de la Cruz de Carlos III fue también Juan de Armas Merino, siendo Alcalde de Agaete en 1901.

Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica fue el maestro José Sánchez y Sánchez, que le fue concedida el 6 de junio de 1892 por la Reina Regente María Cristina Habsburgo-Lorena.

Como Antonio de Armas Jiménez, que en su hoja de servicios y en el capítulo de condecoraciones consta que fue comprendido en el Real Decreto de Gracias de 22 de enero de 1878 y significado por el Ministerio de Estado para la Cruz de Isabel la Católica según el Real Decreto de 31 de agosto.

 

 

3. Francisco Bethencourt de Armas ilustre agaetense y su pueblo

 

Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, con la plaza de La Constitución. Foto de Alejandro S. Witcomb, 1891 - FEDAC. Asentamiento y evolución de la trama urbana de Agaete.
Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, con la plaza de La Constitución. Foto de Alejandro S. Witcomb, 1891 – FEDAC.

 

Defensor de los intereses del Distrito de Guía de Gran Canaria

Francisco Bethencourt de Armas era una persona muy estimada en Agaete.

Sus vínculos familiares y políticos con la zona norte de Gran Canaria eran evidentes, por lo que durante el tiempo que estuvo en Madrid o en la Diputación Provincial, procuró defender los intereses del Distrito de Guía de Gran Canaria.

Biblioteca en Gáldar

Merece mencionar, siendo secretario del Director General de Instrucción Pública en 1888, su mediación para que se le concediera al Ayuntamiento de Gáldar una biblioteca.

Línea telegráfica Guía a Agaete y Carretera Gáldar hasta el puerto de Sardina

Como el estudio de la línea telegráfica desde Guía a Agaete pasando por Gáldar, así como el tramo de carretera desde Gáldar hasta el puerto de Sardina, y que sus adversarios políticos pensaron por entonces que era una promesa electoral. Lo cierto es que al Ingeniero de Obras Públicas Orencio Hernández Pérez se le encargó el proyecto y el expediente de la carretera, con el objeto de remitirlo a Madrid en el de mes abril de 1896.

Contando con Cirilo Moreno Ramos y Francisco Hernández como ayudantes y de contratista de la obra a Pedro Jiménez Domínguez, teniendo que salvar inconvenientes relacionados con hallazgos de vestigios arqueológicos.

El 22 de julio de 1897 el Director General de Obras Públicas hacía pública la subasta.

 

Edificio destinado a la fabricación de conservas de pescado en el puerto de Las Nieves

 

Las Nieves - 1925-1930- Foto Teodoro Maisch.
Las Nieves – 1925-1930- Foto Teodoro Maisch.

Contribuyendo, durante la sesión celebrada en la Diputación Provincial de Canarias el 15 de febrero de 1895, a la aprobación del expediente tramitado por la Comisión Permanente del informe que presentó el Gobernador Civil sobre la conveniencia de autorizar al ciudadano de nacionalidad francesa y residente en Agaete León Gardot, para construir en el puerto de Las Nieves un edificio destinado a la fabricación de conservas de pescado en salmuera y en aceite.

Así como en la sesión de 19 de febrero de 1895, que acordaba subvencionar con 3.000 pesetas las obras del Hospital de Guía.

Francisco Bethencourt de Armas, no solo representaba políticamente a todos los municipios de la jurisdicción del Distrito de Guía de Gran Canaria, sino que también mediaba en aquellos asuntos de interés para el desarrollo de los mismos.

Entre otras actuaciones, representó a los municipios de Agaete, Mogán y La Aldea en la asamblea provincial durante la sesión celebrada el día 19 de noviembre de 1899, para tratar el remate de los puertos francos habida cuenta de la importancia de los fondeaderos de segundo orden para el desarrollo, el abastecimiento y la salida de mercancías de éstas localidades.

Asimismo y como Diputado Provincial, ostentó la representatividad del distrito, acompañando a las autoridades locales e insulares cuando se producía alguna visita de alto rango, como la que realizó el General Francisco de Alaminos el día 30 de marzo de 1894, que fue agasajado en las localidades de Guía, Gáldar y Agaete, pueblo este último presidido por el Alcalde Constitucional Matías Ramos Ponce, que después de recorrer los principales puntos de interés, fue obsequiado con un convite en la fonda de Pablo Prat.

 

Antonio de Armas Jiménez - 1820 - 1895
Antonio de Armas Jiménez – 1820 – 1895

 

Fallecimiento de su protector y velador Antonio de Armas Jiménez

 

No obstante, fue la muerte de su tío materno Antonio de Armas Jiménez, acaecida el 8 de noviembre de 1895, la que le causó un profundo sentimiento de tristeza, no en vano fue su protector y valedor de su carrera política.

Y como no podía ser de otra manera, ostentó el privilegio de representar a la familia, portando el féretro junto a sus tíos Juan y Francisco de Armas Merino, Graciliano Ramos Medina y sobrinos del finado.

 

Miembro de la Junta de Socorro para paliar los daños causado por el temporal del 19 de febrero de 1896

Además, Francisco Bethencourt de Armas se significó y se involucró como nadie en uno de los episodios más sonados en toda Canarias, las inundaciones ocurridas en Agaete la noche del 19 de febrero de 1896.

 

 

 

Lluvias torrenciales

En la que un temporal acompañado de lluvias torrenciales causaba en la zona cuantiosos y graves desastres, algunos irreparables y otros que modificarían el entorno del caserío.

Cuentan que desde las siete de la tarde había comenzado a llover con una intensidad descomunal hasta las once de la noche, poniendo en vilo a todo el vecindario.

Nadie recordaba una noche de lluvia como aquella, subiendo el nivel del barranco más de seis metros, desbordándose y anegando los terrenos inmediatos en una extensión de aproximadamente doscientos metros de ancho, arrastrando consigo tierras de labor, huertas, casas y ganado con una impetuosidad tremenda.

Ante la virulencia de los acontecimientos, los vecinos abandonaron sus viviendas, contemplando con terror aquella enorme avenida de agua que aumentaba por momentos y amenazaba con arrasar el pueblo, al dividirse el barranco en dos brazos, dejando incomunicado un barrio con el resto del caserío.

 

Francisco Bethencourt de Armas, político y empresario, 1913-1930. MEC
Francisco Bethencourt de Armas, político y empresario, 1913-1930. MEC

 

 

Agaete desalado – La iglesia en peligro – El puente viejo arrasado

Al día siguiente el aspecto de Agaete era desolador, el temporal había devastado los campos inmediatos al pueblo y derribado seis casas cercanas al cauce del barranco, llegando a escasos metros de distancia de la iglesia, derribando la muralla de contención y socavando en las inmediaciones la tierra que hizo temer por la seguridad de la parroquia, arrasando un tramo de carretera de unos trescientos metros y el antiguo puente –el llamado puente viejo– que enlazaba con el puerto de Las Nieves.

Inundando en El Valle las fincas aledañas al barranco, arruinándolo todo y causando daños de consideración. La impresión de la catástrofe era dantesca y muchos de los propietarios sumidos en la más absoluta miseria, al perder todo lo que poseían.

Agaete aislado

Agaete desde Tamadaba. Foto de Teodoro Maisch -1920 - FEDAC
Agaete desde Tamadaba. Foto de Teodoro Maisch -1920 – FEDAC

Aislando por completo al municipio y sin conexión por el puerto de Las Nieves, con La Aldea de San Nicolás y los pueblos colindantes; sin abastecimiento de agua potable al anegarse el manantial que nutría al vecindario y a la parroquia matriz por la parte del suroeste a una distancia de seis metros escasos del barranco, cuando antes distaba a más de cien metros, a consecuencia de la desviación del cauce.

Trasladándose al lugar de los acontecimientos el ingeniero de obras públicas y el arquitecto municipal para evaluar los cuantiosos daños materiales.

Pérdida cuantiosas

Según testigos presenciales, las pérdidas fueron cuantiosas y que éstas no bajarían de los 250.000 duros, precisando que las aguas del barranco subieron más de 13 varas de altura sobre el nivel ordinario del barranco –10,855 metros aproximadamente–, arrastrando a dos ancianos, desconociéndose hasta el momento el paradero de este matrimonio, mientras que había fincas totalmente perdidas y otras que no recobrarían su estado original a menos que se invirtiera mucho dinero y trabajo.

Desaparición de las fincas en El Hornillo

Esa fue la imagen que percibió la tarde del 22 de febrero el Delegado del Gobierno Ferreol de Aguilar y Pérez cuando visitó el escenario de la catástrofe. Informando días después al Gobernador Civil de la Provincia Antonio Castañón y Faes, que los daños eran incalculables y que el pueblo estaba totalmente incomunicado, siendo imposible bajar la producción agrícola del Valle, así como la desaparición de todas las fincas en El Hornillo que estaban situadas en la falda de la loma aguas abajo del barranco y que en Tamadaba había fallecido un matrimonio a causa del hundimiento de su vivienda, instando a que era de carácter urgente la reparación de los caminos vecinales de los pagos inmediatos.

Todo en tan solo un espacio de tres horas.

Designación de la Junta de Socorro

La reacción fue rápida y pronto llegaron las ayudas, aunque las cantidades recaudadas eran tan escasas que no permitieron emprender ninguna actuación de manera inmediata.

En vista del desarrollo de los acontecimientos, la Corporación Municipal se reunía en sesión extraordinaria para designar la Junta de Socorro que debía administrar y repartir los fondos a las familias más necesitadas, formando parte de la misma el entonces Alcalde Matías Ramos Ponce, el Síndico Personero, el Juez Municipal Graciliano Ramos Medina, el Fiscal Municipal Salvador Medina Palmés, el cura Juan Valls y Roca, el Diputado Provincial Francisco Bethencourt de Armas y tres vecinos.

Elevándose lo recaudado a los pocos días a las 900 pesetas que había entregado el Delegado del Gobierno Ferreol de Aguilar y Pérez, a las 500 pesetas recolectadas por el Ayuntamiento de Las Palmas y a las 400 pesetas reunidas por el sector del comercio de Las Palmas.

Así como las 506 pesetas de la Diputación Provincial, las 100 pesetas del presidente de la Diputación Provincial, las 100 pesetas del Gobernador Civil Antonio Castañón y Faes y las 100 pesetas de los señores Blandy.

 

 

Estado del Huerto de las Flores después de la tormenta de 1896. En la imagen el nuevo cauce del Barranco Real de Agaete y las obras de reconstrucción del Huerto de las Flores. Fedac
Estado del Huerto de las Flores después de la tormenta de 1896. En la imagen el nuevo cauce del Barranco Real de Agaete y las obras de reconstrucción del Huerto de las Flores. Fedac

 

 

 

Las primeras acciones: recuperación de maderas – canalización de las aguas de abasto

Procediéndose en los días posteriores a rescatar las maderas y objetos devueltos por el oleaje, a asegurar la parroquia y a la canalización de las aguas del abasto público.

Encargándose la Junta de Socorro de exhortar a los Senadores y Diputados canarios para que mediaran con el Gobierno de la Nación las ayudas para los damnificados.

Por lo que la comisión compuesta por el Diputado Provincial Francisco Bethencourt de Armas, el párroco Juan Valls y Roca y el secretario del Juzgado Municipal Pedro Martín González, visitaba el 27 de febrero a las autoridades capitalinas para pedir su apoyo y para que se dirigieran a la Reina y al Gobierno de la Nación en demanda del ineludible auxilio.

Visitando a Felipe Massieu y Falcón, en gratitud por la suscripción abierta por el Partido Liberal de Gran Canaria en pro de la causa de Agaete.

 

Aportaciones en favor de Agaete

Generosa fue la aportación del obispo de la Diócesis Canariensis José Cueto Díez de la Maza, donando 1.700 pesetas para paliar las desgracias, además de mostrar el lógico interés por las obras a realizar para reforzar el templo parroquial, comprometiéndose a convocar en breve a la Junta Diocesana para que ésta elaborara el presupuesto de las obras con el fin de solicitar al Ministro de Gracia y Justicia la ayuda que con cargo al capítulo destinado a la reparación de templos disponía el Gobierno de la Nación.

Asimismo, la respuesta de la Reina Regente María Cristina de Habsburgo-Lorena no se hizo esperar, remitiendo el 4 de marzo de 1896 un donativo de 1.000 pesetas para paliar la tragedia.

Mientras que Fernando de León y Castillo desde su posición, empleaba toda su influencia y amistad para dotar económicamente a las infraestructuras dañadas.

Recabando de su amigo el Ministro de Fomento Aureliano Linares Rivas, para que el Estado llevara a cabo por administración y de manera urgente –para no dilatar la adjudicación en subastas públicas–, la reposición de la carretera y la construcción del nuevo puente que conectaría con el puerto de Las Nieves.

Las órdenes fueron despachadas por el Ministerio con acelerada prontitud y el día 5 de marzo se remitía de Madrid con destino a la provincia.

 

Firma del Alcalde Constitucional Cristóbal Jiménez García, 1896
Firma del Alcalde Constitucional Cristóbal Jiménez García, 1896

 

Intercesión ante la Reina Regente

Fernando de León y Castillo
Fernando de León y Castillo

 

El 23 de marzo de 1896, el Alcalde Cristóbal Jiménez García, transmitía a Fernando León y Castillo el sentimiento de la corporación municipal que presidía y el agradecimiento del pueblo de Agaete por su donativo y por las eficaces gestiones realizadas para remediar las desgracias acaecidas en el municipio la noche del 19 de febrero, intercediendo ante la Reina Regente para recabar su auxilio y ordenar al Ministro de Fomento el estudio de la carretera y el puente que destruyó el temporal, así como la autorización para que por cuenta del crédito de conservación se atendiera de inmediato a las reparaciones indispensables para restablecer el tránsito.

Entidades culturales como la Unión Musical de Las Palmas contribuyeron también con los damnificados, girando una visita a Agaete una comisión compuesta por Juan Bonny Jeanrenaud y Antonio Mesa y López, para hacer entrega de las 445 pesetas recaudadas en el concierto celebrado en Las Palmas para tal efecto.

El acto, que tuvo lugar en el salón principal del Ayuntamiento, fue conducido por Francisco Bethencourt de Armas, que en nombre de la Junta de Socorro dio las gracias por el donativo.

Mientras que la Diputación Provincial de Canarias, en la sesión ordinaria celebrada el 7 de noviembre de 1896, con la ausencia del Diputado Francisco Bethencourt de Armas, acordaba librar las 506 pesetas con cargo al capítulo de calamidades, con el fin de remediar en parte las desgracias ocurridas en el pueblo de Agaete por efecto de las inundaciones, exigua cantidad para un organismo de sus características y el tamaño de las desgracias.

 

 

 

Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife
Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife

Los ecos de la catástrofes llegaron a Madrid – Tenerife y minicipios de Gran Canaria…

Los acontecimientos acaecidos llegaron hasta Madrid, haciéndose eco la prensa nacional.

La solidaridad de las autoridades e instituciones de Las Palmas, así como de los municipios de Gran Canaria fue generosa.

Sobre este asunto, la prensa de ambas orillas publicaron su parecer sobre el importe de las ayudas según de donde procedían, todo dentro del llamado pleito insular.

De cualquier manera, la prensa santacrucera insertaba la carta de Francisco Bethencourt de Armas, como miembro de la Junta de Socorro de Agaete, demandando la solidaridad de todos los pueblos de Canarias:

“Las tristísimas circunstancias porque atraviesa este vecindario a consecuencia de la terrible inundación ocurrida en la noche del 19 de febrero, de cuya importancia habrá podido usted formarse, por el relato de los periódicos, una idea siquiera aproximada, porque ante la realidad de los hechos resulta pálida toda descripción, nos imponen el deber de procurar por todos los medios a nuestro alcance, el alivio de los males sufridos.

Seguros estamos de que los habitantes de esa localidad no son indiferentes a nuestras desgracias y que sin excitación ajena responderán esta vez, como lo han hecho siempre, a la voz de la caridad; pero no son tan apremiantes las necesidades que nos rodean; de tal modo reviste los caracteres de un conflicto el estado actual de nuestro pueblo, paralizan su vida comercial por la destrucción del puente y carretera que le unía al Puerto de las Nieves y de los caminos de sus pagos; falto de agua para el abasto público y amenazado como se halla de desaparecer en gran parte arrastrado por una nueva avenida del Barranco aunque pequeña sea, que no nos es dable, en tan apurados momentos, aguardar confiados en la seguridad que abrigamos de que todos los pueblos de la provincia han de contribuir en la medida de sus fuerzas, a enjugar las lágrimas de tantos infelices como la fatalidad ha sumido en la miseria.

Y por ello es que, adelantándonos a dirigirnos a usted, como lo hacemos, en nombre y representación de la Junta de Socorros constituida en esta Villa, rogándole encarecidamente contribuya en la esfera de sus facultades, por los medios que estime más conducentes, al mejor éxito de nuestras gestiones, encaminadas principalmente a allegar los recursos necesarios para socorrer a las familias a quienes la corriente arrebató cuanto poseían, y para salvar de una ruina segura nuestro Templo parroquial, y la parte de la población seriamente comprometida hoy por los destrozos del temporal.

Para las remesas de las cantidades que recaude con destino a tan humanitario fin, pudiera usted, si no cuenta con otro medio más fácil, ponerse de acuerdo con el recaudador de contribuciones de esa zona para que los gire al de la de Guía”.

Dios guarde a usted muchos años, Villa de Agaete, 8 de marzo de 1896.

Por la Junta de Socorros,

F. BETHENCOURT ARMAS.

Los donativos pueden entregarse en la Cervecería de D. Rosendo Gaspar.

 

Aportaciones del Partido Liberal de Gran Canaria, particulares, empresas, trabajadores,la Cámara Agrícola de Gran Canaria, Sociedad Filarmónica…

 

La mayor parte de los donativos fueron a engrosar la suscripción que poco después de la catástrofe lideró el Partido Liberal de Gran Canaria.

Organizando diferentes comisiones en los distritos de la capital y haciendo llegar a los ayuntamientos de la isla proclamas para que contribuyeran con tan desgraciada causa.

La cantidad total depositada en el partido Liberal ascendió a 8.045,77 pesetas, que fue entregada por Agustín Pérez Navarro a la Junta de Socorro de Agaete.

Por la significación del importe y la procedencia merece destacar la contribución del Conde de la Vega Grande, la casa Miller y Cía., los trabajadores del puerto de The Grand Canary Coaling, los trabajadores del carbón de los almacenes del puerto de la casa Miller y Cía., de Fernando de León y Castillo, la Cámara Agrícola de Gran Canaria, la Sociedad Filarmónica de Las Palmas y de una representación teatral en el Tirso de Molina.

 

A la izquierda de la imagen, aguas arriba del barranco, el tramo de carretera que se llevó el temporal  en 1896. Foto de Luis Ojeda Pérez. Fedac
A la izquierda de la imagen, aguas arriba del barranco, el tramo de carretera que se llevó el temporal en 1896. Foto de Luis Ojeda Pérez. Fedac

 

 

Ayudas de las instituciones, personalidades, comerciantes

Las ayudas del Ayuntamiento y Comerciantes de Las Palmas fueron entregadas por el Delegado del Gobierno personalmente a la Junta de Socorro de Agaete.

De la misma manera, los donativos de la Diputación Provincial, de la Presidencia de la Diputación Provincial, del Presidente de la Diputación Provincial y del Gobernador Civil de la Provincia, los entregó personalmente éste último en su visita al pueblo de Agaete tras los hechos acaecidos.

 

Mientras que de manera personalizada lo hicieron la casa Blandy, el Ayuntamiento de La Orotava, los vecinos de Guía de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Ayuntamiento de La Orotava - Tenerife
Ayuntamiento de La Orotava – Tenerife

Instituciones como la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas, que en una de sus sesiones acordaba dirigirse al Gobierno solicitando del fondo de calamidades públicas auxilios para remediar en parte las desgracias ocurridas en Agaete; o la de los dueños de dos casas de gallos de pelea de Las Palmas, donando el importe que le correspondían de las entradas de uno de los domingos de riñas, es un indicador de la involucración que los grancanarios tuvieron con este pueblo.

Pero si digna de mención fue el donativo del obispo de Canarias José Cueto Díez de la Maza, sin duda alguna la contribución de los mandos y soldados canarios de la 6ª Compañía del Batallón Provisional de Cuba, en plena guerra contra los insurgentes, recaudando 227 pesetas para socorrer exclusivamente a las víctimas más necesitadas y no para engrosar el arreglo de las infraestructuras, gesto que fue elogiado por todos.

Además, en el trance de agenciar recursos para remediar las desgracias de los vecinos, destaca las gestiones realizadas por el obispo José Cueto de la Maza; el Gobernador Militar de Gran Canaria Francisco Alaminos y Chacón; el Presidente de la Audiencia Territorial de Canarias José Trujillo Figueroa; el Delegado del Gobierno en Gran Canaria Ferreol de Aguilar y Pérez y el Alcalde Constitucional de Agaete Cristóbal Jiménez García.

Proyecto para la construcción del Puente y el tramo de carretera

En la imagen la envergadura del cauce del barranco después de las inundaciones acaecidas en 1896 y el puente nuevo,                                                           según el proyecto del ingeniero Orencio Hernández Pérez
En la imagen la envergadura del cauce del barranco después de las inundaciones acaecidas en 1896 y el puente nuevo,  según el proyecto del ingeniero Orencio Hernández Pérez

Lo cierto es que a principios del mes de junio de 1896 se había remitido a la Dirección General de Obras Públicas el proyecto para la construcción del puente y del nuevo tramo de carretera para conectar con la Las Nieves, proponiéndose que los trabajos se hicieran por administración y sin trámites de subasta, valorándose las obras en unas 52.000 pesetas aproximadamente.

Un año después, la Junta Consultiva de Caminos Canales y Puertos, informaba favorablemente el plan de reparación de los desperfectos causados en Agaete, elevándose la cuantía de la reparación de la carretera de Las Palmas a Agaete de los km 49 y 50 –construcción del puente y los 288 metros de carretera–, sin contar con el importe de las expropiaciones, a 60.000 pesetas, encargándosele el proyecto al Ingeniero de Obras Públicas Orencio Hernández Pérez.

Cantidad ciertamente ajustada si tenemos en cuenta que la Dirección General de Obras Públicas fijaba para el 10 de diciembre de 1883 la subasta pública del puente de San Andrés, con un presupuesto de salida que ascendía a 67.960,95 pesetas; el 20 de febrero de 1884 el puente de Moya con un presupuesto de contrata de 73.029,26 pesetas, y el puente de Gáldar en 65.141,50 pesetas.

Aunque nada que ver con los datos que se han publicado recientemente sobre el coste del puente de Agaete, es decir de 2.366,80 pesetas; cantidad que no se ajusta a la realidad si tenemos en cuenta la envergadura de los tres puentes de referencia con el de Agaete y los materiales empleados, cuantía que debe referirse como se indica en las bases dadas por la Dirección General de Obras Públicas, a la fianza exigida al adjudicatario de la obra, que en el caso de los puentes homónimos ascendían a 3.400, 3.700 y 3.300 pesetas respectivamente, importe que se debía depositar después de la subasta en efectivo, en acciones o bien en efectos de Deuda Pública.

Para ilustrar a los lectores sobre el coste que se apunta sobre el puente, decir que una casa terrera de tejas a dos vertientes en una de las calles historias de Agaete, de 154,44 m2 de superficie, su precio de venta a mediados de 1943 era de 1.500 pesetas, por lo que la cifra dada es del todo irrisoria para todo un puente de su envergadura, la complejidad técnica, los materiales empleados, la dirección y la supervisión de las obras.

 

 

Expropiación de los terrenos

Tierras rotuladas para el cultivo de la caña. Foto: Teodoro Maisch, 1893. FEDAC.
Tierras rotuladas para el cultivo de la caña. Foto: Teodoro Maisch, 1893. FEDAC.

A groso modo, ya que en breve publicaremos un trabajo en detalle de los hechos acaecidos y de las obras realizadas de manera pormenorizada, de 19 de octubre de 1897 es la Orden del Ministerio de Fomento fijando para las 13 horas del 4 de diciembre la subasta pública de la reparación de la carretera de Las Palmas a Agaete entre el km 49 y 50, ascendiendo el presupuesto a 57.701,82 pesetas, siendo la fianza para tomar parte en la puja de 580 pesetas; presupuesto destinado principalmente a la fábrica del puente sobre el barranco y en menor medida al tramo de carretera de una longitud de 288 metros exactamente.

Mientras que de 1898, siendo Alcalde de Agaete Juan de Armas Merino y Carlos Martín Ramos el secretario, es la relación nominal hecha pública por el Ayuntamiento de los propietarios de las fincas rústicas y urbanas a expropiar forzosamente en su totalidad o en parte, para la ejecución del nuevo tramo de carretera que enlazaría con la otra en Las Candelarias.

Siendo las fincas objeto de expropiación cuatro, que correlativamente pertenecían una rústica al Ayuntamiento, una urbana a Francisco Rodríguez Martín, una urbana a Antonio Bermúdez García y una finca rústica a Francisco Manrique de Lara y Manrique de Lara, único expropiado no residente: un cacique foráneo.

Disponiendo el Gobernador Civil de la Provincia José de San Martín, hacer público la relación nominal de los dueños de las fincas expropiadas, a fin de que los interesados dentro del plazo permitido expusieran las alegaciones que estimaran oportunas, dirigiéndose al Alcalde por escrito o personalmente.

Acabado el plazo, el Gobernador Civil de la Provincia Enrique de Ureña, daba el visto bueno al expediente de expropiación de los terrenos afectados, debido a la necesidad urgente de ocupar las fincas, publicando la resolución con el objeto de que los dueños pudieran recurrir en alzada ante el Ministerio de Fomento.

Según nuestros cálculos y las condiciones particulares y facultativas, las obras pudieron finalizar un jueves 1 de febrero de 1900. Insistiremos sobre este asunto en un trabajo detallado.

 

Fernando León y Castillo - 1895
Fernando León y Castillo – 1895

Fernando de León y Castillo, benefactor y la gratitud de Agaete

Desgraciadamente, el 12 de marzo de 1918 moría en Biarritz Fernando de León y Castillo y el Ayuntamiento enviaba un telegrama de condolencias a su esposa doña María de las Mercedes Retortillo y Díez, Marquesa de Muni.

Su muerte produjo un profundo sentimiento de dolor en la Villa, siendo el único pueblo que le votó mayoritariamente a Diputado a Cortes en 1873, cosa de la que nunca se olvidó, de ahí su protección decidida por esta localidad, haciendo que la carretera de segundo orden llegara a este pueblo, se construyera y luego se ampliara su muelle.

Cuando sus restos regresaron a Gran Canaria diez años después de su muerte, la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Agaete acordaba que se confeccionara una corona de grandes dimensiones de rosas naturales en su homenaje[10].

Suscribiendo la Corporación Municipal en 1954 con el patronato de construcción de su monumento/mausoleo el importe asignado para su erección: Agaete siempre le consideró su protector.

Gestiones en favor de la estación de telegráfica de Agaete

Con el puente nuevo en pleno funcionamiento y la parroquia totalmente acabada y orientada hacia la plaza mayor, daba sentido a la trama urbana del municipio, acotando el espacio público más concurrido de todo el pueblo.

Pero todavía quedaba otro magnífico regalo de Francisco Bethencourt de Armas agaetense a su pueblo, que los vecinos lo festejaron con gran alboroto, pero que por motivos obvios lo dejamos en suspense, ya que constituye una interesante publicación que ya tenemos acabada para editar en otro formato.

No obstante, otra de las actuaciones en beneficio de esta localidad fueron los trámites que realizó para que el Estado corriera con los gastos de la estación telegráfica de Agaete, por lo que el 6 de mayo de 1917 la Junta Directiva de la Sociedad La Luz, a propuesta de su presidente Augusto Esparza Arteche, acordaba felicitarle por sus gestiones en beneficio de este municipio.

 

La histórica calle de Las Nieves, rotulada el 8 de enero de 1931 en honor a su hijo ilustre Francisco Bethencourt de Armas
La histórica calle de Las Nieves, rotulada el 8 de enero de 1931 en honor a su hijo ilustre Francisco Bethencourt de Armas

 

 

Nominación de una calle en Agaete como muestra de gratitud

Acaecida su muerte y en prueba de su agradecimiento por sus desvelos por este pueblo, la corporación municipal del Ayuntamiento de Agaete, en la sesión plenaria de 8 de enero de 1931 presidida por el Alcalde Juan García Martín, acordaba que la histórica calle de Las Nieves pasara a denominarse de Francisco Bethencourt de Armas, pasando aquella a designar otra vía en el puerto de Las Nieves.

Con el tiempo, la calle de Las Nieves recuperó su emplazamiento originario, mientras que a este hijo ilustre de Agaete no se le designó otra vía del callejero municipal.

 

 

4. El patrimonio rústico y urbano de Francisco Bethencourt de Armas en Agaete.

 

Uno de los principales contribuyentes de Agaete

En 1910 Francisco Bethencourt de Armas junto a Francisco de Armas Merino, Juan de Armas Merino, Francisco Manrique de Lara y Massieu y Graciliano Ramos Medina, era uno de los principales contribuyentes, con propiedades en el puerto de Las Nieves, en Las Chisqueras, en la calle Santa Rita, en la calle La Cruz y en Los Berrazales.

 

Patrimonio en Las Palmas

En Las Palmas poseía una casa en la Calle Castillo nº 11, donde residía el matrimonio, y otra vivienda emplazada en la calle Terrero, a cuyo Ayuntamiento se dirigió para pedir licencia para reformar el frontis, concediéndole la autorización el 22 de julio de 1904, casa cuyo valor catastral en 1918 pasó de 600 a 1.295 pesetas.

Asimismo era dueño de una finca en el Monte Lentiscal, Santa Brígida, conocida con el nombre de La Guirra, dotada con un grupo electrógeno de 1 kw, donde solía acudir los veranos con su familia, o pasar cortas temporadas por prescripción médica para reponer su estado de salud.

En cuanto al grueso de sus propiedades, a la muerte de su tío materno Antonio de Armas Jiménez en 1895, una parte del patrimonio pasó a los hermanos y hermanas: Jerónima, 1825-1904; Dolores, 1826-1899; José, 1828-1894; Francisco, 1831-1885; María Encarnación, 1834-1900; Nieves, 1835-1906;  Juan Sinforiano, 1837-1861; y Santiago, 1839-1880.

Como a sus sobrinos Juan y Francisco de Armas Merino, Francisco Bethencourt de Armas y Leonor Ramos Armas, que las inscribieron en el Registro de la Propiedad de Guía el 30 de septiembre de 1921.

 

Propiedades rústicas

Entre las propiedades rústicas inscritas en 1921 se relacionan dos fanegadas de ladera en Cueva de la Negra, que formaban parte de la hacienda de La Culatilla, que lindaban al naciente con la cordillera de Los Llanos y el Cortijo de Maninidra, al sur con el Barranquillo de la Fuentecilla y al norte con la Capellanía de Diego de Pineda.

Dos fanegadas de ladera en la Hoya de los Balos, que colindaban al naciente y al norte con el Caidero y los riscos de Maninidra, al poniente con terrenos de la Capellanía de Diego de Pineda y con tierras de los herederos de Tomasa Jiménez y al sur con el barranco de La Culatilla.

// Dos fanegadas y seis celemines y un pedazo de arbolado en La Umbría, que limitaban al naciente con el Cortijo de Los Nogales y con terrenos propios, al poniente con los herederos de Gregorio Jiménez, al norte con el barranco de La Culatilla y al sur con la cresta del lomo.

 

Camino al Valle de Agaete
Camino al Valle de Agaete

 

Una fanegada, diez celemines y veintidós brazas en La Culatilla, con una parte dedicada a riego, a secano y a arrifes, con pajar, gañanía y cuarto, que lindaban al naciente con los herederos de Gregorio Jiménez, al poniente con la Capellanía de Diego de Pineda, al norte con el barranco de La Culatilla y al sur con el filo del risco y con la casa de José García Ojeda, con agua de riego del Heredamiento de La Culatilla y derecho de albercón.

Un trozo de tierra de la hacienda de La Culatilla de un cuartillo y veinticuatro brazas, que limitaba al naciente con la capellanía de Diego de Pineda, al poniente con el barranco de La Culatilla y al sur con las mismas y con herederos de Tomasa Jiménez.

Otro trozo de tierra labradía y arrifes de diez celemines, tres cuartillos y diecisiete brazas donde llamaban El Cercado, con una casa que daba al camino, pajar y establo, que lindaba al naciente con el camino público del Valle y con la casa de Ventura Armas Medina, al poniente con el barranco, al norte con la hacienda de La Culatilla, llamado de La Casilla –que fue de la Capellanía de Diego de Pineda– y al sur con los herederos de Agustín Manrique de Lara y Castillo, con agua de riego del Heredamiento de La Culatilla.

Una trozada de la hacienda de La Culatilla denominada Las Cuevecillas, a la que se le había agregado un trozo de la finca de Hoya de María, conocida como de Los Cantos y que comprendía las canteras de La Calera, con una superficie de una fanegada, ocho celemines y tres cuartillos, lindando por el naciente con el camino público del Valle, al norte con el camino y el Lomo de la Imagen, por el sur con la capellanía de Diego de Pineda y al poniente con La Majada y con tierras de Juan del Rosario Mendoza.

También eran dueños de diez celemines y trece brazas de la hacienda de La Culatilla donde decían Las Cuevecillas, que lindaba al naciente con la Hoya de doña María y los herederos de Francisco de Armas Pino, al poniente con casa de Andrés Díaz y el camino público del Valle, al norte con los herederos de Bernarda Jiménez y al sur con terrenos de la Capellanía de Diego de Pineda.

De una suerte de tierra en La Rosa Alta, en La Culatilla, de una fanegada y seis celemines, que limitaba al naciente con terrenos de Francisco de Armas Pino, al poniente y al norte con Antonio de Armas Jiménez y al sur con tierras de María Jiménez.

Igualmente, eran propietarios de la sexta parte de otra suerte de tierra en La Rosa Alta, en La Culatilla, de una fanegada y media, que lindaba al naciente, al poniente y al norte con tierras de Antonio de Armas Jiménez y al sur con un zanjón al ribero de Las Cuevecillas y con la acequia[11].

Francisco Bethencourt de Armas, junto a Santiago e Inés de Armas León, era propietario del 50% de un trozo de tierra en la Fuente Santa –con casa, pajar y establo–, de la novena parte de una salina de risco en la ribera del mar y de la tercera parte del malpaís.

Con una superficie la parte cultivable de tres fanegadas, cinco celemines y un cuartillo –una hectárea, ochenta y nueve áreas, ochenta y tres centiáreas, y siete mil seiscientos dos centímetros cuadrados–, y la tercera parte del malpaís compuesta de cinco fanegadas y cuatro celemines –dos hectáreas, noventa y tres áreas, cincuenta y dos centiáreas, y ocho mil cuatrocientos tres centímetros cuadrado–.

Que lindaba por el naciente con terrenos de Cristóbal Bermúdez Medina y de Martín Saavedra Alemán, por el norte con la ribera del mar y el Barranco Real, por el que se prolongaba con dos madres para extraer las aguas pluviales para el riego de la finca, por el poniente con la ribera del mar y por el sur con la Hacienda de la Casa Fuerte, que fue de Germán Mújica y Aguilar y hoy de los herederos de Andrés Bethencourt, y por el malpaís con el cercado de Las Nieves de los herederos de Agustín Manrique de Lara y Castillo.

Con nueve horas de agua para su riego cada treinta días del Heredamiento del Caidero y Fuente del Álamo de las piezas correspondientes a la Hacienda de la Casa Fuerte que toma siempre a la una y media de la madrugada. Además de un día con una noche cada mes de los derrames de la Madre Real del agua del Heredamiento del Caidero y Fuente del Álamo, denominada de La Canal por pasar el agua por una canal de madera, con derecho a ser encerrada en el albercón de la Hacienda de la Casa Fuerte.

Así como de un día de agua cada cuatro días de los derrames de la que fluía por el barranco público y que se cogía por la madre que llamaban de Doña María, con derecho a encerrarse en el estanque de Los Angostos.

Habiéndose segregado el molino de viento harinero y la casa vivienda unida al mismo. Estas propiedades fueron adquiridas por adjudicación de herencia autorizada por el notario Salvador García Pérez el 20 de febrero de 1918, e inscritas en el registro de la propiedad el 1 de abril de 1922[12].

A la muerte Francisco Bethencourt de Armas, su mujer María del Carmen Dominga de Quintana y León, titular del derecho hereditario, las inscribe a su nombre en el registro de la propiedad el 20 de diciembre de 1930.

Sin embargo, dentro de este paquete de propiedades, hay que precisar que la casa de la calle Castillo, las tierras de cultivo en la Fuente Santa, la casa, el pajar y el establo, la parte de las salinas y del malpaís, eran propiedades que procedían de la herencia de María del Carmen Quintana y León.

Que como se dijo, era hija de Antonio Rómulo José de Quintana y Llarena-Calderón y de María de los Dolores de León y Joven de Salas.

Que contrajeron matrimonio en Las Palmas el 26 de diciembre de 1855, en el seno de cuya familia nacieron cinco hijos: José Francisco Antonio, Francisco de Asís Juan, Hipólita María de los Dolores, María de los Dolores Luisa y María del Carmen Dominga de Quintana y León.

 

Malpaís de Abajo y finca de la Fuente Santa, primer tercio del siglo XX
Malpaís de Abajo y finca de la Fuente Santa, primer tercio del siglo XX

Significando que Clara María de los Dolores de León y Falcón –tía materna de María de los Dolores de León y Joven de Salas–, había contraído matrimonio con Germán Muxica y Aguilar y al no dejar descendencia testó a favor de su sobrina; pasando a la muerte de ésta por herencia a su hija María del Carmen Dominga de Quintana y León.

Resultando que Clara María de los Dolores de León y Falcón era hija del Coronel Juan Bautista José Teodomiro de León y Romero Ximénez de Embum y de María del Pino Dolores Falcón y Bethencourt, de cuyo matrimonio nacieron Francisco María, Jacinto Agustín, José María Hipólito, Domingo María Manuel, María de los Reyes y Clara María de los Dolores de León y Falcón[13].

En este sentido y por la dotación de la Capellanía fundada por Juan Gallegos de la Guerra en Agaete, sabemos que en 1839 Germán Muxica y Aguilar poseía tierras en la llamada Fuente Santa y en la Casa Fuerte, a decir:

“Primeramente un cercado de ocho fanegadas de tierra labradía con diez días y diez noches de agua para su riego lindando por la parte de arriba con la hacienda de Agustín Manrique de Lara, pared adelante a dar a las propiedades que son de Felipe Jorge y Germán Música y Aguilar, esto es por la parte del Barranco, siguiendo derecho a dar a la hacienda de la casa fuerte que es de dicho Germán, pared adelante a pegar con dos trozos de tierra, uno de José Jiménez Jorge, y el otro de Juan Jiménez Jorge, donde dicen Zambrana a dar al risquete que está en las laderillas, cogiendo al macho que va a regar a Las Nieves, macho arriba a dar a la esquina de la pared de Agustín Manrique de Lara: cuyo cercado que también llaman la Torre corre arrendado en quinientos pesos corrientes a Francisco de Armas Pino de Agaete”.

Asimismo y en la relación nominal alfabética de los contribuyentes expresando el tipo de propiedad y su uso, el líquido imponible de acuerdo con la extensión y la calidad de las tierras, en 1857 consta que Germán Muxica y Aguilar era propietario de la Hacienda de la Casa Fuerte.

Hacienda que estaba compuesta de cuatro fanegadas de tierra de riego de primera clase dedicada al cultivo de tuneras, que estaba arrendada a Sebastián y Miguel de las Cuevas. Más otras cinco fanegadas en dicha hacienda, la mitad de segunda clase y la otra de tercera. Además de una casa en la Villa de Abajo, siendo el valor líquido imponible total de 10.320 reales anuales.

Patrimonio acuífero

En cuanto a las vías y el caudal de agua, Francisco Bethencourt de Armas era dueño de pleno dominio de nueve horas de agua al mes de los derrames de la Madre Real del Heredamiento del Caidero y Fuente del Álamo, denominada de La Canal.

Caideros del Barranco de Agaete. Foto Norma Carl - 1893 - FEDAC
Barranco de Agaete, lugar en el que se localiza el naciente de agua denominado El                         Caidero y Fuentes del Álamo. Foto de Norma Carl – 1893 – FEDAC

Que la adquirió por compra venta según la escritura pública realizada ante Salvador García Pérez el 25 de septiembre de 1912 e inscrita el 7 de noviembre de 1912. //

Además, con Santiago e Inés de Armas León, era dueño del 50% de las cincuenta y cuatro horas de agua a los que tenían derecho cada mes de los derrames de la Madre Real del Heredamiento del Caidero y Fuente del Álamo, denominada de La Canal, para el riego de la Fuente Santa, con derecho a encerrarse en el estanque de la Hacienda de la Casa Fuerte, propiedad de los herederos de Andrés Bethencourt y en el estanque de La Despedida, propiedad de Juan García Rivero.

Que la adquirieron por herencia autorizada ante el notario Salvador García Pérez el 20 de febrero de 1918 e inscrita el 1 de abril de 1922.

Asimismo, con Santiago e Inés de Armas León, era dueño del 50% de medio día de agua cada cuatro días de los derrames que fluía por el barranco público de Agaete, que se recogía por la madre que llamaban de Doña María, con derecho a encerrarla en el estanque de Los Angostos.

Adquirida por adjudicación de herencia autorizada por Salvador García Pérez el 20 de febrero de 1918 e inscrita el 1 de abril de 1922 en el registro de la propiedad.

Igualmente, con Inés y Santiago de Armas León, era propietario del 50% de doce horas del Heredamiento del Caidero y Fuente del Álamo, con dula cada ocho días, pero que cuando mermaban en términos de no ser posible regar, se reunían las de ambos heredamientos comenzando la dula cada seis días fijos hasta el quince de julio, en el que el reparto se hacía a los nueve días, siendo entonces la dula de quince días y de uso alternativo, una vez de día y otra de noche, sin que conste el día de dula en que entraba el agua.

Que fue adquirida por herencia en virtud de la escritura ante Salvador García Pérez el 20 de febrero de 1918 e inscrita el 1 de abril de 1922[14].

 

Vista parcial de la Hacienda de la Casa Fuerte, 1978. Foto Antonio J. Cruz y Saavedra
Vista parcial de la Hacienda de la Casa Fuerte, 1978. Foto Antonio J. Cruz y Saavedra

 

Propiedades urbanas

 

En cuanto a las propiedades urbanas, en 1928, Francisco Bethencourt de Armas, Francisco de Armas Medina y Graciliano Ramos Medina, poseían una edificación de 132 m2 en La Solana nº 3, que lindaba con el camino de La Fuente, por la espalda con el camino de la Fuente de los Morales y el Barranco de Los Morales, valorada en 3.500 pesetas y por la que tributaban 75 pesetas anualmente. Y de un pajar también en La Solana de 15 m2, que colindaba con terrenos propios, valorado en 60 pesetas y por el cual no pagaban ningún arbitrio.

Indivisamente, Francisco Bethencourt de Armas tenía registradas a su nombre en este término municipal ocho fincas en Las Chisqueras, a la entrada al pueblo, y otras cinco en el puerto de Las Nieves. Para una referencia sobre su patrimonio rústico, el temporal que tuvo lugar la noche del 12 de enero de 1926, solo en sus propiedades causaba cuantiosos daños, elevándose a 50.000 pesetas los destrozos causados en sus fincas.

Tal como se dijo, Francisco Bethencourt de Armas alternaba periodos con estancias prolongadas en Agaete, donde poseía varias fincas urbanas en el puerto de Las Nieves, en la calle de La Cruz y en la calle Santa Rita.

Viviendas desde donde atendía sus asuntos, pasaba temporadas con la familia y amigos y visitaba sus propiedades y vías de agua.

Para una referencia sobre su patrimonio urbano, en la calle de La Cruz nº 12 poseía una casa terrera con sus accesorios de 91 m2, que lindaba por la derecha entrando con el callejón de La Majada, por la izquierda con la casa de Juan González Jiménez, por la espalda con la vivienda de José García Álamo y por delante con la calle de La Cruz.

Que fue adquirida por herencia en virtud de la escritura pública realizada ante el notario Salvador García Pérez el 20 de febrero de 1918 e inscrita en el registro de la propiedad el 4 de abril de 1922.

Así como otra casa terrera en la calle Santa Rita nº 3 de 266 m2 de superficie, incluyendo el patio ubicado a la entrada, que colindaba por la derecha entrando con la casa de Germán González, por la izquierda con la vivienda de los herederos de Sebastián Benítez, por la espalda con la ermita de San Sebastián y por delante con la calle Santa Rita.

Adquirida por herencia en virtud de la escritura pública realizada ante el notario Salvador García Pérez el 20 de febrero de 1918 e inscrita en el registro el 4 de abril de 1922[15].

Mientras que en 1928, en el puerto de Las Nieves, tenía una casa de 70 m2 que lindaba con la carretera, por la espalda con terrenos de Adán del Castillo Westerling, a la derecha con otra casa de Francisco Bethencourt de Armas y a la izquierda con la vivienda de los herederos de Antonio Bermúdez Álamo, que estaba valorada en 1.000 pesetas y por la que tributaba 37,50 pesetas anuales, que fue vendida en 1932 al también agaetense Cirilo Armas Galván, que hizo escritura pública ante el notario Cayetano Ochoa Marín el 25 de noviembre de 1935.

Alzado de la fachada de la casa que Cirilo Armas Galván pretendía construir 6 de febrero de 1930 en el puerto de Las Nieves. Posiblemente se trata de la vivienda que adquirió a Francisco Bethencourt de Armas
Alzado de la fachada de la casa que Cirilo Armas Galván pretendía construir 6 de febrero de 1930 en el puerto de Las Nieves. Posiblemente se trata de la vivienda que adquirió a Francisco Bethencourt de Armas

 

Además de otra vivienda contigua de dos plantas de 40 m2 de superficie, que lindaba con la carretera, por la espalda con terrenos de Adán del Castillo Westerling, a la derecha con la carretera y con la vivienda anterior, que estaba tasada en 3.000 pesetas y por la que tributaba 112,50 pesetas al año, que fue vendida a Graciliano Suárez Ramos, que la escrituró el 25 de noviembre de 1935 ante el notario Cayetano Ochoa Marín.

Y una casa de una sola planta de 20 m2 que lindaba por todos los lados con sus terrenos, valorada en 350 pesetas y por la que tributaba anualmente 10 pesetas.

 

Aguas termales de Los Berrazales

Con todo, Francisco Bethencourt de Armas, Francisco de Armas Merino y Leonor Ramos Armas, eran dueños del predio donde nacían las milagrosas aguas termales de Los Berrazales.

Y aunque no sabemos las condiciones contractuales de la explotación, el aprovechamiento siempre estuvo en manos del vecino del Valle de Agaete Juan Suárez García, de sus hijos, de sus esposas y familiares.

Los Armas y herederos de la propiedad nunca explotaron directamente los recursos acuíferos, salvo después con la construcción del balneario en 1931.

Hay que tener presente que la explotación de las aguas minero medicinales en Europa y en España estaban en auge y era un negocio muy lucrativo, sobre todo cuando los ingresos eran mayores en razón al capital invertido para modernizar las instalaciones y adecuarlas a los tiempos que corrían; al parecer era más rentable y seguro viajar al continente europeo que tomar las aguas en la propia isla.

Para una referencia sobre el asunto, los medios de comunicación daban a conocer el 29 de junio de 1928 un informe del Director de Sanidad, denunciando las deficiencias en determinados servicios que prestaban los balnearios de Azuaje y Los Berrazales, por lo que el Gobernador Civil procedía a la clausura de los baños.

Alegando la prensa que se suspendiera dicha medida durante la presente temporada para no privar de este bien a los miles de enfermos que acudían a las aguas medicinales, obligándolos a regularizarse de cara a la próxima campaña.

Los cierto es que con el propósito de legalizar esta situación, Juan Rosario Martínez y Juan Gil Rodríguez, vecinos de Agaete y de Las Palmas, y propietarios de varias vías de agua para riego del barranquillo y Heredamiento del Albercón de La Solana, incoaron en 1928 el oportuno expediente solicitando la declaración de las aguas mineromedicinales del manantial de Los Berrazales de utilidad pública, alegando que el caudal estimado que brotaba de Montaña Gorda era de 2,5 litros por segundo y que lo hacía a una temperatura de 23º C. Acompañando a la memoria el preceptivo análisis químico y bacteriológico y los planos del proyecto que llevarían a cabo.

 

 

Vista panorámica del balneario y del Hotel Guayarmina, 1954. Postal propiedad de Antonio J. Cruz y Saavedra
Vista panorámica del balneario y del Hotel Guayarmina, 1954. Postal propiedad de Antonio J. Cruz y Saavedra

 

 

Sin embargo y ante el estado de los hechos, Francisco Bethencourt de Armas, como copropietario de los terrenos donde emergían las aguas de Los Berrazales, había presentado dentro del plazo permitido su oposición a la concesión de la explotación en función del derecho que le asistía como condueño del manantial.

Demostrando al efecto la certificación del Registro de la Propiedad correspondiente, que acreditaba que los terrenos donde emergían las aguas le pertenecían en propiedad pro indivisa, en unión con Leonor Ramos Armas y Francisco de Armas Merino, perteneciendo las aguas de riego al Heredamiento de La Solana solo cuando salían fuera del predio.

Por lo que la Dirección General de Sanidad y el Real Consejo de Sanidad decidían públicamente, el 12 de enero de 1929, que la concesión de la explotación le correspondía a Francisco Bethencourt de Armas, con la obligación de resarcir a Juan Rosario Martínez y Juan Gil Rodríguez de todos los gastos ocasionados por la tramitación del expediente.

Otorgando el Gobernador Civil a Francisco Bethencourt de Armas un plazo de dos años para que se ejecutaran las obras proyectadas según los planos presentados, pudiendo Juan Rosario Martínez y Juan Gil Rodríguez expropiar los terrenos donde nacía el manantial y una zona de 150 metros alrededor del mismo, si transcurrido el plazo no se materializaba el proyecto.

Balneario de los Berrazales, primeros habitáculos - 1905
Balneario de los Berrazales, primeros habitáculos – 1905

No es de extrañar que, a sabiendas de que el informe de declaración de utilidad pública y de explotación del manantial era en contra de los interesados que iniciaron el expediente, los vecinos de Las Palmas Antonio del Rosario Martínez y Juan Gil Rodríguez, presentaran en el Gobierno Civil de la Provincia un escrito en el que exponían:

“Que a pesar de haber ordenado V.E. que no se utilicen las aguas minero medicinales de los Berrazales en Agaete, para baños, por no estar autorizado este uso por los tramites de la legislación vigente, y de que se verificó la clausura de unas habitaciones que para tomar tales baños existen en la propiedad de los Sres. Dª Leonor Ramos Vda. de Morales, de D. Francisco de Armas Merino y de D. Francisco Bethencourt Armas, es el caso que, contraviniendo tan terminantes disposiciones se vienen bañando en aquel sitio muchas personas atraídas por la fe que les inspira sus virtudes medicinales, sin dirección facultativa y sin ninguna clase de precauciones.

A los exponentes les interesa únicamente hacer constar que ese uso que se está haciendo de las aguas es ilegal y clandestino y no causar perjuicios y molestias a las personas que allí se trasladan sujetándose ya a todo género de privaciones y de peligros, por lo que se limitan a solicitar que V.E. participe una vez más al Sr. Alcalde de Agaete la prohibición”.

Por lo que el Gobernador Civil remitía, el 24 de septiembre de 1928, escrito al Alcalde en el que le instaba a que procediera al cumplimiento de la orden de clausura del balneario, haciéndoselo saber a sus dueños y concesionario del establecimiento, acompañando a la información la denuncia formulada.

Ordenando el Alcalde José Armas Galván, el 4 de octubre, la apertura del correspondiente expediente según el oficio instruido por la Inspección Provincial de Sanidad de Las Palmas.

Remitiendo, el secretario del Ayuntamiento Agustín Rodríguez Bermúdez al Alcalde de Las Palmas Salvador Manrique de Lara y Massieu, las diligencias para que las hiciera llegar a los interesados, con el ruego de firmar el duplicado para su constancia en el expediente.

No cabe duda de que la denuncia tenía que ver con el litigio de la explotación de las aguas, al verse los promotores de la iniciativa relegados a un segundo plano al tomar los legítimos propietarios cartas en el asunto, para sacar provecho de un negocio que se presentaba como productivo y rentable, como lo fue muchos años después.

Sin embargo y a pesar de las prohibiciones, las aguas continuaron utilizándose y la peregrinación de enfermos y veraneantes no cesó. Con todo, las nuevas instalaciones del balneario iniciaron sus trámites y se le encargó al arquitecto Rafael Massanet y Maus los planos de la edificación, que acabó en el año de 1931, cuando el camino vecinal desde la Cruz Chiquita a las Casas del Camino no había concluido y el estudio y las expropiaciones de la llamada carretera de Las Vueltas, aún no se habían iniciado.

Balneario Los Berrazales - Valle de Agaete
Balneario Los Berrazales – Valle de Agaete

De cualquier manera, Francisco Bethencourt de Armas no llegó a disfrutar de estas modernas e higiénicas instalaciones.

Todo lo contario que su esposa, María del Carmen de Quintana y León, que frecuentó el recién construido balneario de la que era copropietaria.

Con visitas, según recoge los medios escritos, para pasar temporada o unos días de descanso, documentando la primera estancia el 28 de octubre de 1937, que luego se sucedieron el 19 de octubre de 1938, el 6 de julio de 1939, el 7 de noviembre de 1939, desde el 17 de julio hasta el 1 de agosto de 1940, el 17 de noviembre de 1940 y el 11 de junio de 1947.

A sabiendas de que en vida de Francisco Bethencourt de Armas, el lugar tradicional de veraneo del matrimonio era como se dijo el puerto de Las Nieves y en su finca de La Guirra en Santa Brígida, así como periódicas visitas que el matrimonio realizaban al balneario de Vichy en Francia.

 

 

Volver a rotular con su nombre una de las calles principales de la Villa de Agaete

En definitiva esta es la aportación a la biografía de un agaetense y de un grancanario ilustre que rescatamos del olvido, que bien merece nuestro reconocimiento y su municipio volver a rotular una de sus calles principales.

 

 

5. BIBLIOGRAFÍA

5.1. Fuentes de archivos

AGMAEC, Archivo General del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Madrid

AHN, Archivo Histórico Nacional, Madrid

ADPCA, Actas Diputación Provincial de Canarias, Santa Cruz de Tenerife

AHPLP, Archivo Histórico Provincial de Las Palmas

AHPSCT, Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife

AJMVA, Archivo Juzgado Municipal Villa de Agaete

AMVA, Archivo Municipal Villa de Agaete

APVA, Archivo Parroquial Villa de Agaete

ARPG, Archivo Registro de la Propiedad de Guía, Gran Canaria

ASLLVA, Archivo Sociedad La Luz de Cultura, Recreo y Deportes de Agaete

 

5.2. Fuentes digitales

Archivo Histórico de la RSEAP de Las Palmas de Gran Canaria

Biblioteca Digital de Castilla y León

Biblioteca Virtual de la Prensa Histórica, del Ministerio de Cultura y Deportes

FEDAC, Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria

Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España

Https://Bibliotecadecanarias.Blogpot.Com

Jable. Archivo de prensa digital de Canarias de la ULPGC

 

5.3. Fuentes impresas

CRUZ Y SAAVEDRA, Antonio J. y JORGE MENDOZA, Inés (2008). Don José Sánchez y Sánchez, 1853-1917. En el nonagenario aniversario de su muerte. ISSN 1989-1210.

CRUZ Y SAAVEDRA, Antonio J. (2011). Arquitectura y artes plásticas en la Villa de Agaete. Cabildo de Gran Canaria.

CRUZ Y SAAVEDRA, Antonio J. (2012). “Un puerto de 2º orden de escala en el Atlántico: el fondeadero de Las Nieves, Agaete. Tráfico marítimo y mercancías”. Trabajo inédito.

CRUZ JORGE, Aréstor Antonio y CRUZ Y SAAVEDRA, Antonio J. (2012). Catástrofes naturales, siniestralidad, accidentes y episodios luctuosos en la Villa de Agaete a través de la prensa. ISSN 1989-1210.

CRUZ Y SAAVEDRA, Antonio J. (2017). Las aguas termales y el turismo de salud en la Villa de Agaete. Trabajo inédito, 475 páginas.

CRUZ Y SAAVEDRA, Antonio J. (2018). “Antonio de Armas Jiménez, 1820-1895: hijo ilustre de Agaete y figura relevante de Gran Canaria”. En Agaeteespacioweb.com, ISSN 2444-9768.

CRUZ Y SAAVEDRA, Antonio J. (2018). “Las fiestas en honor a la Virgen de Las Nieves. Los actos lúdicos y religiosos a través de la prensa”. En Agaeteespacioweb.com, ISSN 2444-9768.

FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, Francisco (1878). Nobiliario y Blasón de Canarias. Tomo II, Santa Cruz de Tenerife.

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Vicente (1994). El Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria.

HERNÁNDEZ SOCORRO, María de los Reyes (1992). Manuel Ponce de León y la arquitectura de Las Palmas en el siglo XIX. Cabildo de Gran Canaria.

GIL PÉREZ, Javier (2017). “Familia Armas de Agaete. Notas sobre su apogeo y decadencia en el poder local (siglo XIX)”. En genealogiascanarias@gmail.com.

MARRERO HENNING, María del Pino (1977). El colegio de San Agustín en la enseñanza secundaria de Gran Canaria (1844-1917). Las Palmas de Gran Canaria.

RODRÍGUEZ BATLLORI, Francisco y RODRÍGUEZ BATLLORI, Antonio (1979). Sardina, puerto del Atlántico. Apuntes para la historia de Gáldar. Madrid.

 

6. Agradecimientos

A don Juan Carlos de Miguel Rodríguez, Jefe de Servicio de la Secretaría General Técnica y Vicesecretaría General Técnica del Archivo General.

Don Tomás Martín Trujillo, por sus aportaciones a este trabajo de investigación. A José Antonio Rosario Ramos, del Archivo Municipal de Agaete.

Los funcionarios del Ayuntamiento de Agaete Juan Francisco Espino Cruz y Domingo Valencia Rosario.

A Inés Jorge Mendoza.

Mari Carmen Martín Armas.

Javier Tadeo Alemán.

A todos el obligado agradecimiento por la inestimable colaboración y publicación de este trabajo.

 

Notas

 

  1. Su padre murió en Gáldar y su madre, que nació en 1830, falleció en septiembre de 1900 en Agaete.

  2. GIL PÉREZ (2017). En genealogiascanarias@gmail.com

  3. Consta que falleció en Guía de Gran Canaria.

  4. RODRÍGUEZ BATLLORI y RODRÍGUEZ BATLLORI (1979), p. 109.

  5. Falleció en Gáldar a los 85 años.

  6. MARRERO (1977), p. 291.

  7. HERNÁNDEZ SOCORRO (1992), pp. 404 y ss.

  8. Había sido Gobernador Civil de Ciudad Real y tomó posesión como Gobernador Civil de la Provincia el 21 de febrero de 1898.

  9. HERNÁNDEZ JIMÉNEZ (1994), p. 14.

  10. El 31 de diciembre de 1928 consta el libramiento a Pedro Martín Santana, como encargado del pago a Juan Rivero de las 229,50 pesetas de la corona.

  11. Propiedades adquiridos por herencia en virtud de escritura pública ante el notario Salvador García Pérez el 20 de febrero de 1918, e inscrita en el registro el 30 de septiembre de 1921.

  12. El malpaís suponía las dos terceras partes a la Hacienda de la Casa Fuerte. El molino de viento y la vivienda pasaron a formar parte de otra finca.

  13. FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT (1878), II, pp. 133 y ss. Juan Bautista José Teodomiro de León y Romero Ximénez de Embum nació el 30 de agosto de 1770 y falleció el 30 de abril de 1834. Era hijo de Francisco Jacinto de León y Matos y de Clara Romero Ximénez de Embum y de María del Pino Dolores Falcón y Bethencourt, hija de Jacinto Agustín Falcón Ramos y Valdés y de María Antonia de Bethencourt y Conde Santos de San Pedro. Matrimonio donde nacieron Juan Bautista, Manuel del Sacramento, María Guadalupe, Francisca y Faustina. Juan Bautista se retiró el 31 de agosto de 1810 e hizo testamento el 30 de abril de 1834.

  14. María del Carmen Quintana León, como titular del derecho hereditario, las inscribe a su nombre, el 20 de diciembre de 1930, en el registro de la propiedad.

  15. Al parecer de esta finca se segregaron 159 m2, quedando inscrito un resto de 107 m2.

 

 

Enlaces de interés

Agaete a través de la historia

Turimso de Salud en la Villa de Agaete – Antonio J. Cruz y Saavedra

Antonio de Armas Jiménez

José de Armas Medina

José Antonio García Álamo

Historia de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas en el siglo XX

 

 

Read More
Panorámica del casco de Agaete, desde las inmediaciones del Ingenio Azucarero. Foto realizada en 1927 - FEDAC
Etnografía, Historia, Política, Toponimia

Agaete a través de la historia

Antonio J. Cruz y Saavedra. Licenciado en Geografía e Historia, especialidad Historia del Arte por la Universidad de La Laguna.

Antonio J. Cruz y Saavedra

Licenciado en Geografía e Historia, especialidad Historia del Arte por la Universidad de La Laguna

 

 

 

AGAETE A TRAVÉS DE LA HISTORIA

 

          Al analizar el proceso de Agaete a través de la historia, es preciso considerar que antes de la entrada de los europeos, el distrito del Gayerte era un ente de población importante dentro del guanartemato de Agaldar[1]. El emplazamiento de los diversos núcleos de población aborigen es a lo largo de todo el Valle del lugar, así como en el anfiteatro de Guayedra, cuya importancia arqueológica está saliendo a la luz en periódicas excavaciones. Por los restos arqueológicos inventariados, nos hace suponer que la población aborigen superó con creces a la hispana una vez finalizada la conquista.

 

Mapa arqueológico de Agaete, 1935. Fuente: J. del Río Ayala y A. García Doreste. Agaete a través de la historia.
Mapa arqueológico de Agaete, 1935. Fuente: J. del Río Ayala y A. García Doreste. Agaete a través de la historia.

 

 

LA TORRE O CASA FUERTE DE AGAETE – SIGLO XV – (Agaete a través de la historia).

          Dentro del proceso histórico, en este andar de Agaete a través de la historia, y para agilizar la conquista de Gran Canaria, el gobernador Pedro de Vera potenció un segundo frente de acción beligerante en el NO., localizándose en la zona cantonal del Gayerte:

 

                          “Y, considerando el sitio ser bueno y acomodado de agua y ganado y abundoso de higuerales, determinó hacer allí una torre y casa fuerte de piedra y barro y tapias donde se podían defender bien en cualquiera                                  ocasión, y dar sus asaltos por aquella parte de Agaete y Gáldar”[2].

                          Allí hizo construir hacia el mes de agosto-septiembre de 1481 una “Torre-Fortaleza”[3].

        Se piensa que la fecha para la primera piedra de esta construcción bien pudiera haber sido un 5 de Agosto, día de la advocación de Las Nieves[4].

 

 

ALONSO FERNÁNDEZ DE LUGO

Alonso Fernández de Lugo. Agaete a través de la historia.
Alonso Fernández de Lugo. Agaete a través de la historia.

 

Terminada la fábrica dejó como capitán del destacamento a Alonso Fernández de Lugo, quién una vez finalizada la encomienda bélica sería el primer Alcaide del Lugar. Este segundo frente de combate contribuyó en gran medida a la agilización de la empresa conquistadora.

A la hora de las recompensas, recibe en el mismo campo de batalla los mejores terrenos y aguas, estableciéndose con su mujer Violante de Valdés y de Gallinato y sus hijos Pedro y Fernando.

Durante años el capitán andaluz vio discurrir sus días entregado a las labores que suponía poner en marcha lo que sería el ingenio más productivo de la Isla. Sin embargo, la tranquilidad queda truncada a la muerte de su mujer, constituyendo su duelo una ceremonia de gran magnitud que atrajo a la élite social del momento[5].

Este hecho le impulsa a la aventura y se traslada a Santa Fe y solicita de la realeza la conquista de la isla de La Palma, aprovechando dicha argumentación para solicitar la confirmación regia que como conquistador percibió[6].

No obstante, su espíritu de conquista se trunca en repetidas ocasiones mediante las desastrosas campañas realizadas en la conquista de la Isla de Tenerife. Endeudado, no tiene otra alternativa que recurrir a su patrimonio vendiendo el ingenio. No se conocen los documentos sobre el desenlace.

El heredamiento continua durante el siglo XVI en poder de Antonio Cerezo, aunque sujeto a determinadas cláusulas según quedó establecido en el contrato de compra venta efectuado con Alonso Gutiérrez de Madrid. A su muerte entran en posesión del ingenio su mujer y su hijo Francisco Palomares.

Los nuevos propietarios no estuvieron tampoco ausentes de numerosos pleitos, motivados al no satisfacer los compradores el pago de los censos impuestos sobre el heredamiento, contraídos con la mujer del tesorero real María de Pisa[7]. Durante su existencia la hacienda tuvo diversos propietarios[8].

 

 

 

Agaete, localización de los yacimientos arqueológicos. Autor: Antonio J. Cruz y Saavedra. Agaete a través de la historia.
Agaete, localización de los yacimientos arqueológicos. Autor: Antonio J. Cruz y Saavedra. Agaete a través de la historia.

 

 

 

LA FERTILIDAD DE UNOS TERRENOS ENORMEMENTE PRODUCTIVOS – SIGLOS XVI – XVII – (Agaete a través de la historia).

 

Tras los acontecimientos que ocurren en este abundante y ajetreado siglo XVI, la tónica general en el siglo XVII es la ausencia de hechos significativos. Las descripciones al respecto destacan por la escasez y reiteración al ofrecernos los mismos datos, eso sí, reflejándonos su trayectoria y consolidación[9].

 

Como en el resto de las islas, con excepciones, su configuración es lenta en todos los sentidos, salvo su desarrollo económico logrado por la fertilidad de unos terrenos agrícolas enormemente productivos[10].

Según las constituciones sinodales del obispo Pedro Manuel Dávila y Cárdenas en 1737, se detalla la población del lugar, además de la descripción habitacional de los primeros barrios y caseríos del término[11].

Los acontecimientos van unidos a la presencia progresiva de una potente clase social vinculada al sector agrícola, dueña de las tierras susceptibles de cultivarse, en deterioro de la clase servil. No obstante, en 1764, el corregidor de la Santa Ariza y Castilla, de visita por la Isla, no pasó de la Villa de Gáldar en razón a su pobreza y no tener casa proporcionada donde el alcalde pudiera hospedar al Corregidor[12].

Circunstancias que nos relatan cómo las comunicaciones con las cercanas poblaciones de la comarca se encuentran en grave estado, subsistiendo exclusivamente los llamados “caminos reales”. Por este motivo, la rada de Las Nieves es el medio idóneo para efectuar las transacciones comerciales con el exterior. De su visita se desprende la ausencia de cualquier estructura doméstica que cumpliera dignamente con los deseos de los ilustres huéspedes por lo que el relanzamiento urbano tiene que esperar varias décadas más.

 

Casco de Agaete desde La Palmita. 1925-1930 - Foto: Teodoro Maish.
Casco de Agaete desde La Palmita. 1925-1930 – Foto: Teodoro Maish. Agaete a través de la historia.

 

 

EL SIGLO XVIII – La expansión de las tierras de cultivo. (Agaete a través de la historia).

 

     Con anterioridad y coincidente con las constituciones del obispo Dávila y Cárdenes en 1737, Pedro Agustín del Castillo Ruiz de Vergara nos relata en su obra un pasaje de indudable importancia dentro del proceso        descriptivo de la historiografía agaetense[13].

     Durante la segunda mitad del siglo XVIII, se produce una rápida expansión de los cultivos mediante la roturación de tierras de realengo. Continuándose los pleitos y litigios, que tienen como fundamento la ocupación clandestina de la tierra por parte de los propietarios del heredamiento[14].

Estas consideraciones dan como resultado la consolidación del censo urbano, enraizado desde la centuria anterior[15], junto al auge demográfico de manifiesto en la roturación de las zonas marginales constituyendo así la consolidación de los caseríos históricos y de medianías[16].

     Hermosilla, en 1779, nos suministra los primeros datos de vital importancia para el conocimiento del organigrama poblacional a la vez que nos ilustra con determinadas pinceladas que rellenan un hueco descriptivo del lugar[17].

 

          Del estudio de las anotaciones del historiador José de Viera y Clavijo, deducimos la estabilización del proceso histórico[18]. A finales del XVIII y en las postrimerías del siglo siguiente, Escolar y Serrano confirma el despegue económico de la Villa[19].

En el siglo XIX asistimos a la perpetuación de la etapa más importante del municipio desde su nacimiento allá en los confines del siglo XV. Engrandecimiento vinculado a todos los planos de su actividad, albergando y sufriendo las crisis económicas y políticas del turbulento siglo; declarándose durante la I República cantón independiente, negando su vinculación a la Junta de Las Palmas y reconociendo a la de Santa Cruz de Tenerife; desde allí se referían a Agaete como “la primera tierra”.

Otros incidentes tienen lugar a principios del siglo pasado, en esta ocasión se cierra el puerto y se alerta los efectivos destacados en las plazas militares[20]. De la misma forma, si no está exenta de las crisis económicas generales, sí lo estuvo en 1851 de la epidemia del cólera morbo que asoló la Isla.

 

SIGLO XIX(Agaete a través de la historia).

 

 

Puerto de Las Nieves sin concluir - Foto: Década 1900-1910.  Foto: anómino - FEDAC. Agaete a través de la historia.
Puerto de Las Nieves sin concluir – Foto: Década 1900-1910. Foto: anómino – FEDAC. Agaete a través de la historia.

    Según un manuscrito de mediados del XIX, suponemos que sea una recopilación anterior, se desprende que el arranque orgánico de su configuración urbanística tiene lugar mucho después. Entendemos que el autor no visitó el lugar y presagiamos el plagio con respecto a la obra realizada por Viera y Hermosilla y confirmada en la observación directa de la evolución de latrama urbana y de las argumentaciones fundadas en el estudio de la obra de Olive[21].

          Un hecho de capital importancia viene a consolidar las grandes diferencias sociales y por deducción la concentración de los suelos agrícolas municipales, cuando en 1836 y sobre todo en 1855, se produce el proceso desamortizador en Canarias.

Sin embargo, el deterioro del poder de la Iglesia se ve mermado con este proceso, discutible desde todos los aspectos, ya que constituye el fundamento del reparto de su propiedad rústica y la ausencia de sus principales fuentes de ingresos.

Asistimos al mismo tiempo a la consolidación de las vías de comunicación con los centros neurálgicos de la sociedad canaria, así como la enorme importancia que siglo tras siglo centró su mayor actividad en el puerto, para decaer bien entrada la presente centuria, afectándole de manera vital la caída del régimen portuario.

          Al finalizar el siglo, el historiador René Verneau nos hace una reflexión desde el punto de vista geográfico y una visión apresurada y sensata, aunque dura, de los lugareños[22].

Iniciamos el presente con la descripción de Cipriano Arribas y Sánchez[23], reiterándose en la centuria un claro reflejo de las estructuras establecidas, pasando de una clara hegemonía, extensiva al plano cultural, a un deterioro paulatino a medida que nos acercamos a las décadas presentes.

 

EL TOPÓNIMO AGAETE A TRAVÉS DE LA HISTORIA

          El estudio de la toponimia de los pueblos y lugares de Canarias ha sido foco de atracción para historiadores y lingüistas de varias generaciones. La búsqueda del vocablo que da nombre a la actual “Villa de Agaete”, es una constante también en nuestros investigadores. No obstante, frente a la disparidad de versiones de los cronistas tradicionales y a las tesis modernas que han intentado buscar una explicación científica al mismo, surge este compromiso con el objetivo de contribuir y poner cierto orden sobre la evolución y variantes habidas sobre el topónimo en cuestión. Como veremos, algunas han supuesto un escollo para su correcto seguimiento.

“Gete” – “Gaeta” 

La descripción más tardía que conocemos se sitúa hacia 1481, con la denominación “Gete”, ligada a la “Torre-Fortaleza” del lugar según se desprende de las cuentas de Pedro de Arévalo, referente a la conquista de Gran Canaria en abril-septiembre del citado año. De gran utilidad es el mencionado por el Dr. Ladero Quesada, ligado a un antropónimo, Pedro Fernández “Gaeta”[24].

Aunque no especifica su origen, muy bien pudiera tener conexiones con la “Gaeta”, lugar situado en la bahía formada por el Tirreno en la costa occidental de la Italia meridional, concretamente en la desembocadura del Garellano. También el historiador Marín y Cubas establece un posible parangón en concordancia a posibles conexiones con topónimos sicilianos[25]. Años después, en 1488, el conquistador Mosé Diego de Valera, registra los términos de “…e fue a ver un lugar que dizen el Gayerte” y el de “…e fue fortaleza de Agayte”[26], en la misma crónica.

 

“Gayerte” – “Aguete”

Casa Fuerte - Agaete. Foto: Antonio Cruz y Saavedra Agaete a través de la historia.
Casa Fuerte – Agaete. Foto: Antonio J. Cruz y Saavedra. Agaete a través de la historia.

El “Gayerte”, por su fonética se apunta con el más acertado, encaminado como el primero dentro de su evolución y el más enraizado con el entronque lingüístico del pueblo aborigen. Sin embargo, nos preguntamos el porque de la doble versión en el mismo documento, ya que se entiende que la “Fortaleza de Agayte” se encuentra dentro de la comarca del “Gayerte”. Sin duda alguna, el origen lingüístico es el mismo, imaginándonos la forma “A gay(er)te”. Otra variante es la registrada en 1506 identificándose con “Aguete”[27].

Interpretamos este topónimo por la acción de ir hacia a “Gaete” o hacia “Guete”, uniéndosele dicha vocal para formar los términos de “Agaete o Aguete”. En 1526, la crónica Matritense, según la redacción de Ortiz, lo cita tal cual lo conocemos en la actualidad.

 

“Laguete” – “Agaete” – La gaete”

     Singular e interesante es la apreciación que hace Leonardo Torriani en 1592, no sólo por introducir la denominación de “Lagaete”, sino que en el marco físico agaetense establece una ensenada, dejando entrever la existencia de una especie de lago de reducidas proporciones[28].

No obstante no esta localizado como tal en ningún otro mapa insular, ni descrito por otros cronistas. Como apoyatura a esta variante toponímica aparece registrado en el rótulo callejero de la Villa, una calle denominada “Lago”[29]. Por consiguiente, si el ingeniero de Felipe II plasmó en la cartografía grancanaria la ensenada, debemos pensar en su rigor y por lo tanto en su existencia, llámese como se llame, tuvo que existir algún elemento hidrográfico que justificara su acción y su topónimo.

 

Las Nieves con muelle y tierras de cultivo en La Salina. 1910-1915 - Foto: Kurt Hermann. FEDAC. Agaete a través de la historia.
Las Nieves con muelle y tierras de cultivo en La Salina. 1910-1915 – Foto: Kurt Hermann. FEDAC. Agaete a través de la historia.

“Lagaete”

En 1602, Abreu Galindo registra indistintamente “Lagaete”, “Agaete” y “La gaete”. Corroborando con las afirmaciones anteriores, en la posibilidad de afirmar sus variantes en las condiciones de ir hacia a un lugar determinado denominado “Gaete”, o como originariamente se llamó “Gayerte”.

Siguiendo al mismo Abreu, se podría confirmar lo antes dicho o sencillamente apoyar con su terminología la cartografía de Torriani cuando nos dice: “Hernan Peraza. Surgió de noche en la Lagaete”[30], en vez de “surgió en Agaete o en el Agaete”.

No sabemos con certeza hasta que punto son ciertas las anotaciones de los cronistas; por supuesto no descartamos los plagios habidos, ya que, al intentar lograr la mayor corrección histórica y fidelidad de los hechos, tergiversaron éstos según sus criterios y no se preocuparon por unificarlos dentro de una misma publicación, obstaculizándonos así un seguimiento correcto del topónimo.

Muestreo que observamos en la crónica de Antonio Sedeño en 1640, apuntándonos en pleno siglo XVII el término “Gaete”. Anteriormente, en 1639, es el capellán Pedro Gómez Escudero quién en su crónica anota los de “Agaete”, el de “La Gaete”, “Agaete” y nuevamente el de “Gaete”. Antecedido del artículo “la”, indicativo direccional o supuestamente el de la “Gaete”, sea la reseña del carácter femenino en su conceptualización.

          En 1639, la crónica Ovetense mantiene los conocidos; también la Lacunense nos muestra la escasez toponímica, reiterándose la ausencia evolutiva del término en la crónica del licenciado Francisco López de Ulloa en 1646[31]. De 1676 a 1688 se registran las anteriores, aunque con una variante ortográfica “Gaette”[32]. En diferentes descripciones en 1737 y 1764, se citan con el de “Agaete, Lugar de”[33]. George Glas, en el mismo año, notifica el de “Gaete”, aunque identificándolo con el de “Agaete”[34].

En las últimas décadas del siglo XVIII el historiador Viera lo describe y cita, “Lagaete”[35]; registrándose el mismo en 1808, haciéndolo anteriormente con su topónimo actual[36]. Durante el siglo XIX su nombre tradicional es el conocido, aunque otros documentos de origen dudoso vuelven al “Lagaete”[37].

Tras el cansancio reiterativo del término, encontramos en Sabino Berthelot y Barker-Webb, un aporte valorativo en cuanto a su comparación con el “Aigaite” (cordero) del dialecto Syouah[38]. El concepto como fuente de investigación es respetable, aunque válido exclusivamente para esa comunidad tribal. Hacia 1900, Cipriano Arribas y Sánchez, la cita indistintamente por “Laguete o Agaete”[39].

          En plena centuria la cantidad de elucubraciones posibles por intentar dar una explicación se suceden. En este camino están las aportaciones del investigador Álvarez Delgado, aunque acertado en principio, no llega a posturas clarificadoras, apuntándonos que la supresión de la inicial se explica por el frecuente empleo de la expresión, estableciendo un originario “Agaete”. Relaciona el topónimo, al descifrar el radical Agaete, con el de “Roque o roquete”, poniéndonos el ejemplo del Roque de Las Nieves, sin pensar que se cita desde tiempos prehispánicos como Antigafo.

 

“aggehit”

Mapa de Gran Canaria de Leonardo Torriani, finales del siglo XVI, en el que figura el nombre de Laguete y se dibuja una ensenada. Fuente: Descipción de las islas Canarias. Traducido por Alejandro Gionanescu. [Santa Cruz de Tenerife], 1959.
Mapa de Gran Canaria de Leonardo Torriani, finales del siglo XVI, en el que figura el nombre de Laguete y se dibuja una ensenada. Fuente: Descipción de las islas Canarias. Traducido por Alejandro Gionanescu. [Santa Cruz de Tenerife], 1959.

 

En otra de sus publicaciones, el Dr. Álvarez Delgado, sin mencionar las definiciones anteriores, intenta explicar en esta ocasión el topónimo aborigen Agaete por “aggehit”, “ensenada”, nombre vulgarizado por los conquistadores castellanos.

El citado “agehhit o agezzit”, lo explica sobre el verbo tuareg “eggeh”, que significa “entrar, penetrar, lugar secreto”[40]. No sería descabellada su investigación si nos remontamos a Torriani, el cual rotula en la cartografía grancanaria una ensenada o accidente hidrográfico en el lugar de Lagaete.

Por consiguiente, se puede apreciar un “Agaete” originario que muy bien pudiera ser el “Gayerte”, luego castellanizado según las versiones expuestas, teniendo el topónimo de “Gaete” una coincidencia con el de la población italiana, así como también constituye un hecho similar el “Gaete” de Uruguay en el departamento de Durazno y el “Gaeta” de Brasil, en el estado de Pernambuco.

 

No obstante, para constatar la evolución toponímica de un lugar determinado, lógicamente las fuentes propiciadas por los cronistas son las más idóneas. Aunque en ellas tenemos que soportar una visión parcial por copia a sus antecesores y por el escaso interés en unificar idénticos criterios dados en una misma obra y por la visión cronológica reducida al tener presente sólo el espacio inmediato.

Por ello, la consulta de los archivos parroquiales supone la fuente más digna y fiel; ya que, el cura beneficiado y el mayordomo de fábrica, incluso el sacristán o cualquier vecino del lugar en cuestión, conocen y viven las peculiaridades más exactas del devenir registrándolas en los libros de fábrica.

 

“el Lugar de Agaete” – “Lugar de la Gaete” – “Lugar delagaete” – “Lugar o Villa de Agaete”  – “Villa de Agaete”.

 

Dejando atrás el topónimo originario, se puede deducir por la consulta del primer libro de fábrica, que desde el 27 de marzo de 1556, se cita a este como “el Lugar de Agaete”, pasando a denominarse el 5 de septiembre de 1576, “Lugar de la Gaete”. Posteriormente, el 18 de abril de 1614 vuelve a llamarse “Villa de Agaete” corroborando el hecho direccional o la comodidad lingüística de unir el artículo con el nombre, como lo notifica el 7 de octubre de 1623 al decir “Lugar delagaete”[41]. En el libro segundo, a partir de 1687, se hace habitual la denominación de “Lugar o Villa de Agaete”[42]; mientras que desde 1767, se generaliza “el Lugar de Agaete”[43]. Durante el siglo XIX, es de uso exclusivo la terminología de “Villa de Agaete”[44].

 

Notas

[1] DORESTE GARCÍA, 1935, II, p. 33.

[2] ABREU, 1977, p. 185.

[3] LADERO, 1966, n.o 12, p. 48. En las cuentas de Pedro de Arévalo de la conquista de la Isla se lee: “…Los quales paresçe por el dicho testymonio que estovieron quatro meses, que començaron primero de avril e complieron en fin de mes de Julio de dicho año, e mas otros dos meses que dice Pedro de Arévalo que se detovo allá en Canaria, la cual detovo el gobernador Pedro de Vera e Michel de Moxica para fazer la “fortaleça” de la Gete, que conplieron en fin del mes de septienbre del dicho de 81 que volvieron a torna viaje, que son seys meses…”.

[4] MARTÍN DE GUZMÁN, 1977, n.o 23, p. 111. Pensamos que carece de argumento ya que dicho patrocinio mariano constituye un fortalecimiento del culto personal, del que posiblemente Alonso Fernández de Lugo fuera devoto en su lugar de origen. Explicado quizás cuando tiene lugar la conquista de La Palma, donde introduce el mismo significado mariano, sin que sea un condicionante de calendario, ya que éste se cumple con el patronazgo a San Miguel.

[5] MORALES, 1978, p. 326.

[6] RUMEU, 1975, p. 121.

[7] DE LA ROSA, 1978, p. 259.

[8] NÚÑEZ, 1676, p. 278; SUÁREZ, 1983, n.o 173, pp. 102-103.

[9] CÁMARA, 1634, p. 339.

[10] MORALES, 1978, p. 322.

[11] DÁVILA, 1737, p. 497.

[12] DE LA ROSA, 1978, p. 36.

[13] DEL CASTILLO, 1848, p. 202.

[14] SUÁREZ, 1983, n.o 173, p. 92; SUÁREZ, 1987, I, pp. 152, 183.

[15] SÁNCHEZ, 1975, n.o 21, p. 237.

[16] DÁVILA, 1737, p. 497.

[17] AMC. HERMOSILLA, 1779, p. 22.

[18] VIERA, 1978, II, p. 186.

[19] HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, 1983, I, n.o 11, p. 231.

[20] ÁLVAREZ RIXO, 1955, n.o VI, p. 193.

[21] BENÍTEZ, 1950, III, 37.

[22] VERNEAU, 1981, p. 170.

[23] ARRIBAS, 1900, pp. 271-272.

[24] LADERO, 1966, n.o 12, p. 48 y 91.

[25] MARÍN, 1986, p. 59.

[26] MORALES, 1978, p. 500-501.

[27] MORALES, 1962, n.o 8, p. 459.

[28] TORRIANI, 1959, p. 89.

[29] OLIVE, 1865, p. 1.254.

[30] ABREU, 1977, p. 41, 135, 148 y 221.

[31] MORALES, 1978, pp. 200, 218, 223, 279, 312, 318, 322, 359, 395, 412, 420, 421, 437 y 459.

[32] SÁNCHEZ, 1975, n.o 21, p. 245.

[33] DEL CASTILLO, 1848, p. 203; DE LA ROSA, 1978, p. 36.

[34] GLAS, 1976, p. 61.

[35] VIERA, 1978, II, p. 186.

[36] ÁLVAREZ RIXO, 1955, n.o VI, pp. 193-194.

[37] BENÍTEZ, 1950, III, p. 37.

[38] BERTHELOT, 1978, III, p. 282.

[39] ARRIBAS, 1900, pp. 271-272.

[40] ÁLVAREZ DELGADO, 1949, VI, p. 30; ÁLVAREZ DELGADO, 1982, n.o 28, p. 280.

[41] APVA. Libro de cuentas de fábrica.

[42] APVA. Libro de cuentas de fábrica.

[43] APVA. Libro de cuentas de fábrica.

[44] APVA. Libro de cuentas de fábrica.

Abreviaturas

 

AMC, Archivo Municipal de Córdoba.

AFA, Archivo Familia de Armas, don José de Armas Díaz, Villa de Agaete.

AGS, Archivo General de Simancas, Valladolid.

AHDLP, Archivo Histórico Diocesano de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria.

AHPLP, Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria.

AHPSCT, Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife.

AMC, Archivo del Museo Canario, Las Palmas de Gran Canaria.

AMT, Archivo Miguel Tarquis, Departamento de Arte de la Universidad de La Laguna.

AMVA, Archivo Municipal de la Villa de Agaete.

APG, Archivo Parroquial de Guía, Gran Canaria.

APSCQ, Archivo Parroquial de Santa Coloma de Queralt, Tarragona.

APSG, Archivo Parroquial de Santiago Apóstol, Gáldar.

APVA, Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Concepción, Villa de Agaete.

ARPG, Archivo Registro de la Propiedad de Guía, Gran Canaria.

FEDAC, Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria.

 

Enlaces de interés

 

 

 

Arquitectura y Artes Plásticas en la Villa de Agaete.

Asentamiento y evolución de la trama urbana de Agaete

Testamento de Antón Cerezo

Origen de Agaete

La parroquia Ntra. Sra. de la Concepción: 500 años después de sínodo del obispo Fernando Vázquez de Arce, 1515-2015.

EL SEXENIO DEMOCRÁTICO EN LAS PALMAS (1868-1874): CONTINUIDAD Y CAMBIO DE LAS ESTRUCTURAS DE PODER POLÍTICO

 
Read More